Diversas asociaciones civiles pro defensa de migrantes han cuestionado que la representante de ACNUR (Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados), Lilia May Salazar esté realizando activismo político y deje en la indefensión a los refugiados.
Manifestaron su inconformidad por el manejo indiscriminado de los recursos y a su contentillo, como regalar lavamos a diferentes dependencias u organismos, como es el caso de la Delegación de La Pila y que no benefician a la causa de los refugiados.
A Lilia May no se le conocen los logros en favor de quien se supone debería defender.
A la funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas, que tiene un negocio de regularización de personas extranjeras, le han cuestionado que no enfoque su labor y los recursos de la agencia en beneficiar a quienes verdaderamente lo necesitan y también padecen carencias.
Desde su designación, organismos de migrantes han cuestionado su nombramiento ya que hace un manejo voluntarioso, político y caprichoso de los recursos.
Se supone que la función de ACNUR es trabajar para proteger y asistir a los refugiados en todo el mundo.
El objetivo del organismo es proporcionar a los refugiados asistencia de emergencia crítica, como agua potable, saneamiento y atención médica, así como albergue, mantas, artículos para el hogar y, a veces, alimentos.