La soga al cuello
Puede ser que el alcalde de la capital @navaslp no tenga madre pero si mucha abuela… @gandhiantipatro
La extraña simbiosis que conforman el binomio Xavier Nava Palacios y el Partido Acción Nacional enrarecen el ambiente político de la entidad, heredero de la tradición navista, el alcalde de la capital ha demostrado tener muy pocos escrúpulos y las cualidades necesarias para ser gobernador del estado. Las convicciones ideológicas del nieto del viejo líder civilista Salvador Nava Martínez son muy poco claras o simplemente no existen. Sus haberes están igual en la izquierda donde hizo sus pininos bajo el madrinazgo de una tribu perredista menor autonombrada como “galileos”, que dentro de la derecha recalcitrante con el gobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado.
Nava irrumpió en la escena política de la entidad, como candidato a diputado federal por el partido de la revolución democrática. Corrió con suerte, el jefe del clan “gallardista” Ricardo Gallardo Juárez lo acogió en su equipo por conveniencia mutua, un poco de legitimidad le urgía por aquellos días y el descendiente del famoso líder social le cayó como anillo al dedo. El amorío con la familia Gallardo duró poco, casi lo mismo que la promesa de un gobernador. Apenas el ambicioso Nava tomó protesta en “San Lázaro” y aunque nunca se destacó por algún hecho relevante o subió a tribuna para pronunciar un elocuente discurso, se “desligó” en cuanto pudo del clan que lo hizo diputado.
No hay que olvidar que “navita” llegó a San Luis Potosí con la tarjeta de presentación de un despacho jurídico que ofrecía dentro de su catálogo de servicios la solución de casi cualquier problema, el gobernador Juan Manuel Carreras que desde el inicio de su gestión se ha dedicado a reclutar por lo menos un integrante de cualquier facción política destacada en la historia de la entidad lo adquirió sin menor recato y le encargó algunos asuntos jurídicos, incluso, por recomendaciones oficiosas nombró como efímero funcionario a un socio del personaje. La cosa no pasó a mayores pero las pifias de los inexpertos operadores dejó algunas secuelas, sobre todo en el asunto de un terreno que el gobierno del estado terminó por adquirir para la organización social “antorcha campesina”.
Al final, navita se metió de lleno a la política y “del brazo y por la calle” con la familia Gallardo se presentó en sociedad, se lanzó a la fama pues, como dicen las agrofas del eje vial: todo está en perderle el asco. Lo de la falta de escrúpulos y la propensión a la traición puede que le venga como una enfermedad genética. El padre del alcalde fue capaz de custodiar a Gonzalo Toribio Martínez Corbalá en los aciagos días que su abuelo encabezaba como El Cid Campeador su última campaña montado en babieca.
Luis Nava Calvillo no tuvo el menor empacho en pisotear a las estoicas mujeres navistas que rodeaban los accesos al palacio de gobierno en protesta por el fraude electoral. La media cuadra que hay que recorrer desde la puerta del congreso del estado hasta atravesar el umbral del palacio, fue para los navistas la más vergonzosa traición y la ignominiosa certeza de que habían sido derrotados. El sistema político mexicano doblegaba a cualquiera, lo compraba o lo sometía pero jamás quedaba un hilo suelto.
Los guarros del recién electo gobernador Corbalá fueron Mario Leal Campos, quien también sería premiado con la alcaldía de la capital y Luis Nava Calvillo, padre de Xavier Nava Palacios. Los dos fueron recompensados y aunque fueron unos cuantos pasos, el periplo no sería olvidado jamás por aquellos que estuvieron presentes. Aquella noche turbulenta de prodición y fracaso cuando rindieron las armas.
El panismo de la capital y el hijo de Salvador Nava Martínez pactaron la sentencia de muerte del navismo. Desde entonces y bajo el auspicio del yerno malquerido Horacio Sánchez Unzueta, (ex gobernador priísta y casado con la hija del doctor Salvador Nava) el movimiento navista fue fagocitado por la clase política potosina en la figura de ocasionales nombramientos, notarías públicas, registros provisionales para un partido político local y cargos de elección popular.
Ahora el maquiavélico Horacio Sánchez Unzueta, al que los peleles potosinos le conceden cualidades casi místicas de prestidigitación política, se apresura comedido a ofrecer sus servicios de “gestor de simpatías”, si bien la soberbia de su sobrino compite con la propia, el mayor riesgo es que consumado el acto hasta el mismo sufra la deslealtad de maganza.
Hasta el momento las encuestas le conceden buenos números al alcalde Xavier Nava, pero también le muestran el camino. De no ser postulado por el PAN la odisea será cuesta arriba, ya que a pesar de sus esfuerzos por lograr que el presidente Andrés Manuel López Obrador le acepte la llamada a su abuela doña conchita, solo ha obtenido gentiles disculpas. O sea que por Morena ya se la peló desde hace tiempo.
La pelota está en la cancha del grupo político predominante en acción nacional, y es ahí donde la puerca torció el rabo. A la hora de hacer cuentas Juan Francisco Aguilar tiene varias facturas pendientes, el dirigente estatal panista no puede exponerse ante la militancia como un personaje débil. Los panistas saben que Xavier Nava se portó pichicato a la hora de compartir el botín, no fue agradecido y menos generoso. Ahora tendrá que volver como el héroe Odiseo en pos del arco que Heracles le obsequió a Filoctetes.
Los panistas tienen sus propios ruidos, ya suficiente es la inusitada beligerancia de Octavio Pedroza Gaitán que contrario a su naturaleza apocada, trae la perniciosa actitud de un adicto a la heroína. Anda muy erizo el vato.
El riesgo es que si antes los “grillos” panistas le hacían mutis a su discurso iluminado en pro de la misión divina de salvar al mundo, más les resulta extraña esta nueva personalidad. El pragmatismo y la mirada “perversona” no le queda al misionero.
Difícil la hoja de ruta de Juan Francisco Aguilar, mantener la unidad del partido en un grupo que está por caer entrar en caos. Si uno de los alfileres se cae, todo el tinglado se desplomará sobre sus cabezas. Si confía en la palabra de los punteros, posiblemente se quedará sin gubernatura, sin alcaldía de la capital y sin partido.
@gandhiantipatro
