Abanico. Chivato, soplón. Es voz hampesca dicha en el siglo XVII a quien se va de la lengua. López de Vega Carpio.
En los días aciagos de la pandemia, los tiempos políticos no se detienen. La codicia de hombres y mujeres hace aflorar los más insanos sentimientos, a pesar de la precariedad de las ideas, la ceguera colectiva y el desasosiego permiten crear las condiciones para el arribo al poder de seres inocuos y faltos de carácter.
Sea San Luis Potosí un ejemplo tácito de los solipsismos inherentes a la clase política mexicana, todos traen la fórmula mágica para acabar con los males que aquejan a la sociedad, farsantes posmodernistas que carecen de la elocuencia de sus ancestros. Bien dice un proverbio alemán que las mulas se sienten orgullosas de sus ancestros los caballos.
Afectado por el síndrome de Tourette, discurren mis horas entre maniqueos y la disoluta predisposición del insultón. La contumacia del zafio que se pierde en el disfrute de la palabra soez, atentando contra toda forma de dignidad humana y animal.
Vaya pues semejante preámbulo para referirse en palabras vanas a un cúmulo de cerriles que se aferran cual sanguijuela a la vena que alimenta el síndrome de Reinfield, el advenimiento de los eventos suscitan reacciones diversas, algunos son capaces se sobajar su honra al nivel más ínfimo de la degradación y otros, se someten al suplicio de la perpetua genuflexión.
El partido revolucionario institucional se dota de un pegujal de proporciones deficientes, un ato de famélicos que conforman bajo una misma adoración y gloria la incipiente posibilidad de postergarse en el poder. Los sucedido en días pasados exhibe la carencia de propuestas sólidas en un partido político que se ha visto revitalizado con la alianza obligada con el partido acción nacional.
La patética escena de una pasarela de aspirantes los exhibe en su mediocridad, Joel Ramírez Díaz, Mauricio Ramírez Konishi, Martín Juárez Córdoba, Luis Mabhub y Enrique Galindo Ceballos se apersonaron en el comité ejecutivo estatal para hacer patente su sometimiento a la voluntad del dirigente nacional Alejandro Moreno. Es bien sabido que los postulantes buscan afanosamente ser considerados para un cargo de menor rango, alcaldes o diputados y hasta regidurías se aceptan en esa subasta de la dignidad.
Al final signaron un documento dirigido a la dirigencia nacional, habiendo establecido las reglas del juego los priistas se doblegaron a la voluntad de su líder nacional “alito” Moreno, la facultad omnipotente que le concedieron hace meses los consejos políticos estatales para nominar hasta el último regidor del ayuntamiento más pequeño del país, le permite resolver de forma arbitraria los procesos internos y utilizar como moneda de cambio las candidaturas.
El PRI en San Luis Potosí es un partido desvalido, con un gobierno enclenque que se mantiene en la alianza política construida desde las dirigencias nacionales con el único objetivo de obtener la colaboración panista en el congreso del estado para la autorización a un préstamo quirografario, que le permitirá subsanar las graves deficiencias del gasto público en el “año de hidalgo”.
Anterior a la forzada coalición, las expectativas del PRI eran ridículas, con apuros ganar tres diputaciones locales una federal y no más de quince ayuntamientos de los 58 que conforman la geografía electoral del estado, y eso, con la colaboración de la organización antorcha campesina que en los últimos años ha sido la única con crecimiento gracias a su estrategia de línea de masas.
Por ningún motivo el gobernador Juan Manuel Carreras López tuvo dentro sus visos la posibilidad de presentar con posibilidades reales de competencia un candidato que le permitiera marcar el ritmo de la agenda política, por el contrario, sus habilidades cortesanas lo llevaron a postrarse de forma indigna ante Andrés Manuel López Obrador. Nunca tuvo un tapete más cómodo el presidente Andrés, ni siquiera dentro de sus adeptos más abyectos. Tal vez por esa razón fue elegido para desarticular la molesta e impertinente conferencia nacional de gobernadores que tanto distraía al presidente con nimiedades.
Quizás para quien ya no resulte tan conveniente la coalición de marras es para el PAN, los eventuales acontecimientos dejan claro que la endeble falta de palabra del gobernador Carreras lo vuelve una monserga difícil de llevar a cuestas. La supuesta estructura priísta hace mucho tiempo que dejó de ser operacional, y los activos tricolores que aún conservan presencia importante al interior del estado guardan profundos resentimientos contra un gobernante distante y mentecato que les escatimó hasta el acceso a los programas sociales.
El PRI se ha desdibujado y curiosamente Carreras se encuentra más interesado en inmiscuirse en los procesos internos de otros partidos que fortalecer a los propios milicianos, está claro que su preocupación primordial está puesta en el séptimo año. Tal vez por eso apenas se complicó la elección del candidato a gobernador por Morena y se apresuró a proponer a su secretaria de salud Mónica Liliana Rangel. La operación que desde la secretaría de gobierno se implementó para posicionar a la titular de salud con proyecciones favorables como candidata de morena deja claro que Juan Manuel Carreras tiene las velas encendidas lejos de su partido.
La penosa faramalla que protagonizaron los precandidatos priistas se queda para el anecdotario, nadie toma en serio un grupo de amigos reunidos para hablar de “política” en un partido que se encuentra en vías de extinción y que la única razón de su existencia es para mantener a Juan Manuel Carreras lejos de problemas judiciales. Lo que escurra es miel.
La reales pretensiones de al menos dos de los “aspirantes” fallidos (porque ni siquiera se registraron) son buscar la candidatura a la alcaldía de la capital por la coalición PRI- PAN – PRD – conciencia popular. Luis Mahbub y Enrique Galindo son hasta el momento los prospectos más visibles, dependerá de quién da más confianza al dirigente estatal panista Juan Francisco Aguilar. Seguramente las varas apuntan al empresario – constructor, los nefastos antecedentes del ex policía lo vuelven impresentable para estar en la boleta.
Sea pues Juan Manuel Carreras López, eres magancés, felón por antonomasia, serás recordado como el conde ganelón de Maganza en Roncesvalles. Un farsante sin cómplices.
@gandhiantipatro