Ciudad Maderas
InicioDestacadasLa soga al cuello

La soga al cuello

El combo

Me llaman calle, pisando baldosas, la revoltosa y tan perdida… Manu Chao.

En los días aciagos de la pandemia (que a todos ya se les olvidó), las campañas políticas marchan viento en popa, si acaso la pedorrez de los discursos desalienta un poco la peligrosa concentración de humanos potosinos en pro de la salud pública. Hoy más que nunca es muy difícil ayuntar gente, sobre todo si no se cuenta con “regalitos” para atraer a la presa.

Para ser candidato no basta con tener buena presencia, ser un orador elocuente, gozar de cierto prestigio social y ser mínimamente congruente entre el decir y el actuar de su vida pública. Hay que tener un buen respaldo económico y una estructura de personas suficientes para distribuir de manera eficaz los “apoyos” y así asegurar que la simpatía manifiesta del ciudadano se traduzca en un voto válido emitido.

Debe ser como abrir las puertas del paraíso cuando ves reflejados en una acta de cómputo que los votos que se compraron, están ahí, tintineando como como una medalla al valor en el pecho de un general de cinco estrellas.

Eso que llaman pomposamente la “ingeniería electoral” no es más que una simple organización pendenciera y vil dedicada a pujar por votos baratos. Es como un concurso donde el objetivo principal es adquirir al menor precio posible la dignidad de ciudadanos fútiles.

El ciudadano se sabe apreciado, el asedio es sistemático y constante, la reverberación del mensaje político llega hasta el subconsciente colectivo y lo agobia. La persistencia traducida en procaz insistencia será la clave para vencer por hastío y cansancio a la víctima, sólo entonces, cuando el ciudadano se derrumba moralmente, les concede el valor para decidir por él. En ese simple ciclo se basa la inmanencia del sistema democrático mexicano, tan perfecto como perfectible.

Ahora que las campañas son cortas, los procesos internos de cada partido para acceder al fiat de los más representativos comienzan mucho antes, casi con un año de anticipación, eso se traduce en que las campañas políticas del proceso constitucional duran de dos a tres meses, pero los procesos internos pueden tardar hasta tres veces más y por ende, el dispendio de recursos económicos y en especie es descomunal.

A veces el ciudadano indeciso puede cambiar el rumbo de las cosas, y eso sucede cuando la disputa por una plaza se da en igualdad de circunstancias, solo en esas oportunidades puede pesar el discurso, la propuesta política tan distante de la ocasional promesa. El voto razonado puede hacer magia en un pedazo de papel.

Por ello además de gastar mucho dinero comprando los guantes de un partido mayoritario e invertir en eventos públicos y redes sociales para mantener vigencia y salir en las encuestas. El candidato político profesional debe tener dinero para comprar habitantes en algunas zonas precaristas y además contar con un grupo especializado para defender los votos que adquirió en los tribunales si es necesario.

Veremos muchas cosas ahora que a casi dos meses de la elección se avizora la etapa final del proceso electoral, el dispendio será de proporciones épicas, lo que está en juego no es poca cosa, si algo nos ha enseñado la pandemia mundial es que los privilegios son la única razón por la que tenemos modelos democráticos. Los políticos deciden quién vive o muere.

En la antigüedad, las élites financiaban cuerpos de milicianos y contrataban soldados experimentados para dirigirlos. La razón por las que ya no hay guerras en países con modelos democráticos medianamente confiables es porque cambiamos el campo de batalla por la arena política pero al final, sigue siendo la misma gata, pero revolcada.

En la capital potosina la elección de vislumbra como una elección de dos, Xavier Nava Palacios y Enrique Galindo Ceballos, Leonel Serrato se encuentra desmoralizado, vilipendiado y atrapado sin salida, sólo saldrá de ese entuerto cuando lo liberen sus captores o con una lobotomía.

Leonel no tiene ninguna posibilidad de salvar su honra con un resultado digno y nada se puede hacer, el candidato de la coalición partido verde – partido del trabajo no podrá superar los cuarenta mil votos y podría ser peor, si se concreta el trato entre el “pollo” Ricardo Gallardo Cardona y el “maestro” Galindo. El pollo quiere ver muerto a Nava y así tenga que poner en riesgo la elección de gobernador, no dudará en sacrificar un peón.

Por su parte la elección de gobernador ha caído en el bache de las encuestas, el maldito agujero negro de toda elección: “si la elección fuera hoy…”. Pero las encuestas dicen lo que el cliente pide, aunque algunas se mantienen dentro de los márgenes de error, las que tienen un prestigio de procurar. Octavio Pedroza se mantiene a la cabeza pero con sus adversarios pisando los talones.

En la disputa por el segundo y tercer lugar se encuentra el próximo gobernador/a de San Luis Potosí. En este mundo salvaje de la política mexicana, sólo sobreviven los seres sin escrúpulos y despiadados. Octavio no es ni tantito ese ser perturbado capaz de matar un hermano como Caín con tal de lograr la gloria.P.D. La divulgación de un spot publicitario con temática errática e incomprensible final titulado “el combo”. Lanzó al estrellato a los candidatos Octavio Pedroza Gaitán y Enrique Galindo Ceballos, por primera vez se les nota coordinación y soltura, hasta parecen un dueto agradable. Desafortunadamente el mensaje es el equivocado, en su pintoresco ejercicio histriónico el ciudadano nunca habla, no se le permite opinar porque se invade su espacio y se violentamente la saña distancia, los candidatos al final eligen por él y termina secuestrado por ellos. Terrible la trama de esta historia. Habrá que ver el desenlace.

Deja un comentario

spot_img
- Advertisment -Unidos Olsa
Ciudad Maderas
SECULT SLP
Copa Potosi
Cultura Municipial
Torneo de Pesca
Gobierno Estatal SLP
Abogados y Asociados SLP
Trituradora la Concha
UASLP Aspirantes
spot_img
Gobierno Estatal SLP
La Playita Restaurante
RECIBE NUESTRO PERIODICO
Recibe nuestro periódico cada semana en tu correo