Decisiones y consecuencias
No te avergüences de someterte a las leyes y al que sabe más que tú. Demócrito.
La mitad de la vida se nos va en tomar decisiones. Dejarnos llevar por nuestras pasiones, los sentimientos, las emociones influyen de manera drástica y determinante en las cosas que hacemos y decimos. Después, no tiene caso arrepentirse, lo hecho, hecho está.
Xavier Nava Palacios recibió un revés esperado, cantado, advertido por todos, aún así, no cesa en su empeño de ir hacia adelante con la audacia del idiota que se atreve a enfrentar al mundo sin más pertrechos que un costal repleto de falacias. A pesar de que toda lógica jurídica él insiste que la razón le asiste, que además de contar con respaldo popular para soportar un proceso de resistencia civil, también cuenta con un equipo de jurisconsultos muy duchos en el difícil oficio de litigar derecho electoral.
Las decisiones son importantes, incluso más que los principios, las ideologías, las lealtades y la congruencia. Vivimos una época en que el pragmatismo es la filosofía en boga, todo se canjea, se transa o se apaña, ya no existe el menor pudor, los políticos no temen ser expuestos en su mediocridad, porque ya hemos rebasado como sociedad esa etapa, a nadie se le acaba el prestigio por ser atrapado siendo un farsante, por el contrario, puede que aumenten sus expectativas.
En México hay un culto al “hubiera”, constantemente nos recriminamos las decisiones erróneas, incluso las decisiones que no se toman, las omisiones también son decisiones, solo que se quedaron esperando y al final, murieron sin conocer su destino, por eso me decía mi abuela Bonifacia con cavernoso y profundo tono de voz, que a los tibios los vomitaba Dios, que así decía en las escrituras sagradas. Perturbadora imagen que nunca pude borrar del imaginario.
Xavier Nava Palacios tuvo varios avisos del destino, el primero cuando Marko Cortés insinuó que el segundo lugar de la contienda panista por la gubernatura tendría la opción de ser postulado como candidato alcalde por la coalición, o de menos por el partido acción nacional. La soberbia de Nava ya era un mal crónico y había provocado la ceguera que aún aqueja al personaje.
Incapaz de ver y medir el peligro, el alcalde con licencia se aferró a la posibilidad de ganar en un juego de naipes con cartas marcadas, pobre iluso, tarde entendió que era imposible meterse a la casa del vecino y quedarse con la recámara principal. Quizás hasta gozar de la galantería y hospitalidad de aquel famoso griego Anfitrión.
La culpa es de sus padres, otra cosa sería si Xavier Nava supiera utilizar correcta y oportunamente dos frases, “por favor” y “muchas gracias”. Los que lo conocen lo tienen por insolente y despectivo, además de su fama de “mala copa”, quienes han hecho tratos con él no lo bajan de un mal agradecido.
Si Nava “hubiera” aceptado el trato de Marko Cortés, hoy sería candidato de la coalición (o del partido acción nacional) a la alcaldía de la capital y no tendría ningún problema con el impedimento legal que ahora lo ha sacado de la jugada, aunque a regañadientes pero muchos panistas que ahora lo tienen defenestrado, estarían apoyándolo. Estaría en vías de ser reelecto y así poder cumplir los compromisos con los desarrolladores inmobiliarios que han financiado parte de sus costosísimas aventuras.
Cuando Nava fue derrotado, las cosas habían cambiado, como quien hace un favor, le ofreció a la coalición ser postulado por la alcaldía de la capital, pero el virus de la soberbia también estaba en el candidato triunfante Octavio Pedroza Gaitán y él ya había tomado decisiones, quería como compañero de fórmula a Enrique Galindo Ceballos, un incondicional de su periodo como alcalde de la capital, el “richi” fue su jefe de la policía municipal y un perro fiel.
La oferta para Nava se redujo a la candidatura por el II Distrito Federal con cabecera en Soledad, ir a meterse a la madriguera del cártel Gallardo no habría sido lo más sensato. Se fue como la chacha, sin despedirse pero impugnando el resultado de la elección panista. Le quitó la espoleta a la granada y la arrojó en la casa de los panistas, tarde o temprano, esa misma le estallaría en las manos.
Nava exploró la posibilidad de buscar la postulación de “movimiento ciudadano”, pero Eugenio Govea Arcos es un rapaz, de menos le pidió dinero y se sabe que no es nada penoso a la hora de colocar ceros en una cifra. Dada la situación que hace tres años fue candidato del PAN y MC, bastaría con el registro de uno de los dos partidos para evadir la sanción impuesta. Posiblemente a Nava le preocupaba la poca rentabilidad electoral del “movimiento naranja”, -titubeó- quizás pensó que no podría vencer a la coalición panista y partidos satélites él solo, pero igual no tendría problema con la legalidad de su candidatura.
Afortunada o desafortunadamente en Morena le respondieron el flirteo, era obvio que si no contaban con un valiente para contender por la capital tendrían que realizar una acción emergente, presentar un candidato orgánico no era una opción, Xavier Nava ofertó donde nadie más pujaba. Desde un inicio Mario Delgado tuvo conocimiento del impedimento legal a la candidatura, todos los abogados a quienes se consultó coincidieron, pero las alegatas de Nava y su generosa “colaboración económica” a la “cuatroté” terminaron por convencer al dirigente nacional de Morena.
El primer sorprendido fue Ricardo Gallardo Cardona, el candidato del partido verde creyó que tenía algo con el dirigente nacional de Morena, de menos un poco de amistad, pero los amigos no se pican los ojos, ni le prestan el registro a tu peor enemigo para que te tome por la espalda. Ese día, se rompió algo más que el corazón del “pollo” Gallardo.
Ahora que Nava ya no es candidato por instrucciones del tribunal electoral del estado iniciará una serie de acciones tendientes a mantener vigencia, la “resistencia civil pacífica” puede ser que haga su aparición, en su acto en plaza de armas dejó manifiesta su beligerancia. Tiene plena confianza que estará de regreso en la contienda para mediados del mes de mayo cuando la segunda sala del tribunal electoral del poder judicial de la federación resuelva su queja. Como quiera no estará en la boleta, para entonces ya van a estar impresas.
Cuando se despeje la niebla se va descubrir al verdadero artífice de las intrigas, el complotista más abyecto es de oficio policía y gusta de jugarle al Fouché, sin duda el principal beneficiario de este revolcadero, es Enrique Galindo Ceballos. Sea pues.
@gandhiantipatro
