Fue apenas en el mes de abril cuando el diputado local Rolando Hervert Lara sorprendió al mundo con anuncio de que donaría la totalidad de sus salario. Tal muestra de generosidad dejó anonadados a sus compañeros de legislatura que sin embargo, solo atinaron hacer mutis y evadieron imitar o hablar del tema.
Nada tiene que ver que el diputado haya anunciado a principios del año su decisión de buscar la candidatura a gobernador por su partido, en el partido acción nacional no parecen aún haber tomado en serio las pretenciosas aspiraciones del político huasteco. Oriundo de San Martín Chachicuahutla, Rolando es un personaje del que se comenzó a escuchar hasta hace muy poco tiempo en el mundillo de la política potosina, apareció por ahí abriéndose paso con donaciones y patrocinios a personajes involucrados en la política tradicional. Hubo de pagar un costoso noviciado, las amistades que se gestionó, sobrevaluadas y con caducidad.
El dinero no es problema para el diputado Hervert Lara, a la menor provocación suele presumir riqueza, viajes, propiedades, la mansión en el Estado de México donde se graba una serie de televisión y hasta el edificio en proceso de construcción en alguna zona exclusiva de la Ciudad de México. Ajeno a la política parece ser un tipo afortunado, un empresario exitoso o el testaferro de alguien muy poderoso. Al diputado se le metió una idea en la cabeza, quiere ser gobernador, se ha obsesionado con el prestigio social que posiblemente asume, viene de facto con el cargo.
El personaje aprendió a fuerza de prueba y error que los políticos mexicanos y muy en especial los potosinos, son más falsos e inservibles que un bilimbique. La codicia es un sentimiento muy despreciable. Un ser humano es capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener lo que desea, hasta poner en riesgo la vida de los demás.
Sucedió recientemente que el diputado Rolando tenía los síntomas de una leve gripa, pero también una agenda muy apretada, se paseó por la huasteca, fue a reuniones de comisión en el congreso del estado, concedió entrevistas y asistió a una reunión en la Ciudad de México con el dirigente nacional de su partido y los demás aspirantes a la candidatura a gobernador.
Rolando tiene COVID, el mismo lo anunció, recibió palabras de aliento por las redes sociales, la solidaridad de sus compañeros de partido (incluso aquellos a los que puso en riesgo) no es gratuita, hay una suerte de hipocresía derivada de la corrección política imperante que obliga a una persona pública no sólo a lamentar, si no a manifestar con profunda congoja el pesar de la mala suerte ajena.
¿Que se puede esperar de un político ambicioso que pone en riesgo la vida de sus amigos y ciudadanos con tal de obtener anhelos?
Desafortunadamente para la causa de Rolando los panistas se cuecen aparte, que para eso de clavarse puñales en los costados mientras sonríen beligerantes son especiales, lo sabe Sonia Mendoza Díaz que seis años después tiene que volver a tragarse un sapo y sentarse al lado de Octavio Pedroza Gaitán.
En la “publicitada” reunión con el dirigente nacional del PAN se habló de encuestas y sobre los mecanismos idóneos para seleccionar al mejor candidato a gobernar San Luis Potosí, hasta el Boris Lozano que anunció sus intenciones después que Rolando estaba en los mencionados sondeos de opinión, penosamente nadie le explicó la razones de pecata minuta al político huasteco. Solo miradas de conmiseración y un silencio incómodo acompañó sus pasos hasta el umbral del salón.
La realidad es que la entidad es una de las opciones más competitivas que como partido tiene Acción Nacional para lograr un triunfo electoral si las condiciones necesarias se dan, la política doméstica de Morena es tan pobre y sus divisiones internas tan acentuadas que la mejor opción es buscar un candidato externo como Xavier Nava Palacios o Adrián Esper Cárdenas, los alcaldes de la capital del estado y Ciudad Valles navegan con bandera de políticos ciudadanos, investidos en una suerte de autosuficiencia económica que los vuelve más apetecibles que la puta de Babilonia. El PAN está en una encrucijada, no pueden equivocarse en la nominación ni dividirse. Como dijera el filósofo urbano cantante y gritante del grupo musical el Haragán y compañía : “A esa gran velocidad, un desastre sería fatal”.
Alguien que lo aprecie debería decirle a Rolando que guarde sus ansias para un mejor momento, (tal vez su compadre Marco Gama Bazarte pueda hacer el favor) con sus devaneos solo exhibe la precariedad de su personalidad y la obcecación de sus deseos irresolutos de reconocimiento social. Del tamaño del complejo es el desvarío.
Sea pues Rolando Hervert Lara, huasteco güero, heredero de una tradición racista que subsiste bajo la piel, eres el bufón de una corte de mentecatos y tiralevitas, eres sueño guajiro que fenece.
Gandhi Antipatro