En un incidente confirmado ayer, autoridades federales reportaron el descubrimiento de 19 cuerpos en el municipio de La Concordia, Chiapas. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, los homicidios ocurrieron en un único acto de violencia, catalogado como una masacre.
Las víctimas, todas con heridas de bala, fueron encontradas en diferentes puntos del municipio. Entre ellas se identificó a presuntos miembros del Cártel de Chiapas, una organización criminal local activa en la frontera con Guatemala. Aunque la investigación aún está en curso, fuentes gubernamentales indicaron que los responsables podrían estar vinculados al Cártel de Sinaloa.
El suceso fue precedido por tensiones prolongadas en la región. Expertos en seguridad señalan que Chiapas ha sido escenario de un conflicto cada vez más exacerbado, alimentado por la competencia entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y grupos locales. Este ambiente de violencia ha resultado en una serie de incidentes mortales, incluyendo enfrentamientos previos entre fuerzas paramilitares y la Guardia Nacional.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado repetidamente la situación en Chiapas como un “conflicto armado no reconocido”, exacerbado por el aumento del tráfico de migrantes y disputas territoriales entre grupos criminales. Según un informe reciente auspiciado por diversas organizaciones civiles, la región enfrenta una crisis de seguridad extendida, afectando comunidades en La Concordia, la Frontera Central, la Sierra Mariscal y Chicomuselo.
Este nuevo episodio de violencia subraya la urgencia de medidas para contener y resolver las raíces profundas del conflicto en Chiapas, donde la presencia de facciones del crimen organizado continúa desafiando los esfuerzos por restaurar la paz y la seguridad.