Por: El Primo Feliciano
Diversas voces ciudadanas y laborales han comenzado a denunciar un ambiente de miedo, presión y presunto hostigamiento dentro del DIF Municipal, señalamientos que recaen en su directora, Margarita Hernández Bautista, y que, según testimonios recabados, han sido ignorados por las autoridades municipales. Trabajadores del organismo y de otras áreas del Ayuntamiento afirman que desde su llegada, Hernández Bautista habría instaurado un entorno marcado por tratos altaneros, intromisiones en la vida privada de los empleados y presiones laborales que, aseguran, han provocado renuncias, cambios de adscripción y un silencio generalizado por temor a represalias. Las personas que continúan dentro del organismo dicen sentirse “entre la necesidad de conservar el empleo y el miedo a levantar la voz”. Entre los señalamientos más reiterados se encuentra un presunto trato preferencial hacia Juan Agundis Mendoza, titular del Instituto Municipal de Protección a Adultos Mayores, con quien se le atribuye una relación cercana que rebasaría lo laboral. Estas versiones, afirman los inconformes, son parte del descontento general que se vive al interior del DIF. A pesar de las quejas expresadas internamente, trabajadores sostienen que la dirección del organismo opera bajo una especie de blindaje político. El presidente del DIF Municipal, Rubén Pablo Gómez Hernández, habría llamado la atención a la funcionaria en varias ocasiones, pero los reportes señalan que todo queda en “regaños” sin sanciones ni medidas correctivas. La situación, aseguran, no ha encontrado respuesta tampoco en la alcaldesa Isis Ayde Díaz Hernández, quien —de acuerdo con los inconformes— ha mantenido una postura de omisión frente a problemáticas internas que involucran a otros funcionarios señalados previamente por abusos de autoridad, como la síndico Ana Laura Muñoz Hernández y el director de Comunicación Social, Aaron Salvador Domínguez López. Afectaciones también a usuarios del DIF Los testimonios no se limitan al personal interno. Habitantes del municipio, en especial adultos mayores, señalan haber recibido trato descortés, negativas de servicio y hasta insultos al acudir por apoyos como despensas o medicamentos. Aseguran que, mientras se endurecen los requisitos para los beneficiarios, varios apoyos permanecen almacenados o se entregan de forma discrecional. Estas denuncias ciudadanas, aseguran, han sido transmitidas a distintas áreas, sin que hasta ahora se vislumbren medidas correctivas claras. Cuestionamientos sobre méritos y desempeño Otra preocupación expresada por empleados es la falta de preparación académica y experiencia laboral de la directora para un cargo de esta responsabilidad. Señalan que su nombramiento se dio tras el despido de la anterior titular, y que Hernández Bautista habría firmado documentos ostentando un grado académico superior al que posee. También cuestionan que en anteriores empleos públicos su desempeño no habría sido destacado, y que estuvo largos periodos sin actividad laboral antes de ocupar su actual puesto. Actividad política y lealtades internas En redes sociales, señalan trabajadores y habitantes, la funcionaria mantiene una presencia constante vinculada a la promoción de la alcaldesa, su hermana y su hijo, lo que consideran una estrategia de alineamiento político más que un ejercicio institucional. Además, afirman que participó activamente en actividades proselitistas en apoyo a la campaña de la alcaldesa, aun cuando la propia funcionaria habría declarado que seguía laborando para el Gobierno Federal hasta noviembre de 2024, lo que genera dudas entre los denunciantes sobre posibles incompatibilidades o irregularidades administrativas. Un llamado ciudadano a la intervención y la transparencia Los testimonios coinciden en un señalamiento mayor: bajo la administración de Isis Ayde Díaz Hernández, el DIF Municipal y otras áreas del gobierno local estarían operando bajo un esquema donde —según las voces ciudadanas— “los abusos se toleran y la disciplina administrativa se flexibiliza para quienes tienen cercanía política”. Por ello, trabajadores y habitantes piden la intervención de instancias estatales o de contraloría para revisar el clima laboral del DIF, los procesos de atención a usuarios y el manejo institucional al interior del ayuntamiento. Mientras tanto, el descontento continúa creciendo entre quienes consideran que el servicio público en Santa María del Río ha quedado subordinado a intereses internos y lealtades políticas, dejando en segundo plano la atención ciudadana que debería ser el eje del gobierno municipal.
