La verdad es que por mucha “emoción” que se tenga al ir a las comunidades a intercambiar ideas con la gente que trabaja el campo, no se debe poner en riesgo su salud, ya es de todos conocido que la pandemia azota este municipio y los contagios están a la orden del día. De poco puede servir el hecho que comerciantes se solidaricen con el pueblo, al dejar un día de la semana sin abrir sus establecimientos, para cerrar conciencia que lo mejor, en estos tiempos, es quedarse en casa. Pero hay quienes creen que es el tiempo propicio para hacer campaña y de ahí que con cualquier pretexto acudan a los lugares más alejados, lugares que nunca antes habían visitado, pero como ahora es necesario asegurar los votos para la próxima elección para la presidencia municipal, pues se dejan de lado los prejuicios y no se brinda mucha importancia al potencial riesgo de fortalecer la línea de contagio, así vemos como el candidato del PRI a la alcaldía recorre las localidades del municipio, para conseguir el favor electoral. Ojalá que esas visitas no tengan una negativa repercusión en la ciudadanía, principalmente en los adultos mayores, quienes son los más vulnerables al contagio de COVID-19. En serio, una cobija no merece el riego de un contagio.
Si en verdad los adultos mayores son la prioridad de quien aspira a ser electo como alcalde, entonces debe procurar de otra manera patentizar esa prioridad, debería comenzar por buscar protegerlos del COVID-19, lo demás son solo frases hechas, frases sueltas que en estos tiempo preelectorales siempre vuelven a salir de moda, aunque sea solo para ilusionar a la gente, a las personas de la tercera edad, quienes tienen que luchar día con día para subsistir, requieren de otro tipo de ayudas, pero ninguna que ponga en riesgo su salud puede ser una buena opción, es solo aprovecharse de su situación de vulnerabilidad, todo por la mera voracidad política. Las autoridades sanitarias estatales, así como las electorales deberían tonar cartas en el asunto, no se vale que ningún candidato, sea del partido que sea, ponga en riesgo la salud de la población, bajo ninguna circunstancia.
Los otros precandidatos han hecho una labor de proselitismo discreta, de bajo perfil, al menos no se han visto o no han subido a diario las visitas que hacen a las comunidades. La ciudadanía comenta también a través de redes sociales, las actividades que realizan y, sin lugar a dudas quien ha recibido los comentarios más negativos ha sido el abanderado del PRI, es precisamente por la situación de riesgo en las que pone a la gente que convocan para regalarles una cobija. El regalo de cosas, de cobijas en este caso, es solo parte de las mismas prácticas que se han realizado a lo largo de los tiempos de campaña, donde los discursos siempre son de lo mismo; solidaridad para con los desprotegidos, con las clases vulnerables. Aunque ya pasada la contienda se olvidan de esa gente que “tanto les preocupó”, se olvidan de las obras que les prometieron realizar, que serán en las siguientes campañas retomadas por los políticos en turno. Conviene que continúen pobre, porque es el capital político.