Ciudad Maderas

La sed que viene

San Luis Capital

Lo ha advertido Conagua: le espera a San Luis en unas semanas una prolongada crisis de escasez de agua que requerirá construir depósitos donde se pueda y enlazar para su capital y zona conurbada todos los pozos disponibles, legales o no. Gobernador y alcalde capitalino han tenido en el tema más desencuentros que colaboración.

La Comisión Nacional del Agua y los gobiernos de los Estados de San Luis Potosí y Guanajuato, desarrollaron el proyecto para construir la presa con una capacidad de 50 millones de metros cúbicos, capaz de abastecer 2 metros cúbicos por segundo de agua potable a partes iguales a las ciudades de San Luis Potosí y Celaya. La inversión fue totalmente federal.

La presa se ubica sobre el río Santa María, en el municipio de San Luis de la Paz, Guanajuato., muy próximo al límite estatal entre Guanajuato y San Luis Potosí. Para llevar el agua a San Luis se construyó un acueducto concesionado de 133 kilómetros, financiado por iniciativa privada y una aportación del Fondo Nacional de Infraestructura.

El vaso se construyó para reducir los abatimientos de los acuíferos y evitar el incremento gradual de los hundimientos que afectan a la infraestructura urbana y las viviendas. Sin El Realito, la capital del estado potosino depende del agua subterránea, más de 120 pozos a profundidades cada vez mayores. Agua con exceso de flúor y bloques enteros de casas que se hunden en el norte de la ciudad, son el legado de esta sobreexplotación 2 a 1, porque duplica la capacidad de regeneración de los acuíferos.

La presa fue inaugurada el 9 de octubre de 2012. El acueducto de la 1ª etapa fue inaugurado el 22 de enero de 2015 y de entonces a la fecha no ha sido más que tema de enojos crecientes entre la población que padece las frecuentes descomposturas de la línea, casi todas en la primera cuarentena de kilómetros: los tubos de concreto y varilla no aguantan la presión y revientan. La empresa concesionaria debió construir con tubo de acero y no con concreto. La frecuencia de las aparatosas descomposturas llega a niveles ridículos: antes de que se concluya la reparación en un tramo reventado, truena otro segmento. Como el contrato con la concesionaria del acueducto es materia estatal, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha amenazado en varias ocasiones con rescindirlo, topen chivas donde topen.

Pero el mandatario no parece interesado en abandonar una cuota de metódico espectáculo y también se ha ido contra el cliente cautivo del acueducto, el organismo intermunicipal de agua potable Interapas, con la consiguiente repasada a la alcaldía capitalina porque, a su modo de ver, no hace lo suficiente porque el desabasto de agua se solucione.

La alcaldesa de Soledad, un personaje de carácter meramente apendicular en el gallardismo, anuncia un día sí y al otro también que abandona el Interapas, sin saber a bien a quién le encomendará el suministro de agua a los soledenses. La versión más extendida es que detrás de su perorata desperdigada a puntual control remoto, asoma una concesión a privados en el conurbado municipio.

Las presiones subieron de tono cuando al gobernador ya no le gustaron los modos del director de Interapas, propuesta del alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, y no sólo anunció él su salida, sino hasta el nombre del presunto sucesor. El pecado del director de Interapas, Enrique Torres López, fue hacer lo que tenía que hacer y decir lo que tenía que decir sobre infraestructura, servicios y costos del agua, pues es un perfil absolutamente técnico en el tema, no político.

Cuando Interapas propuso un grueso aumento a la tarifa, que en San Luis es más baja que en el resto del estado y lleva un rezago de una década por motivos políticos, gobernador y su fracción mayoritaria se opusieron con el discurso del “beneficio al pueblo”. El Interapas paga al concesionario del Realito una cuota más alta por metro cúbico del precio que el Congreso le permite aplicar a los usuarios. Imposible resolver un déficit como ese con tarifas irreales. Resultado: el Interapas es financieramente inviable y, en algún momento que sea propicio proponerlo, descartable “por inoperante”, “deficiente”, o “inútil”, para sustituirlo por “una cosa mejor”, aunque sea una intromisión abusiva de un poder y la “mejora” sea la sobredimensionada opinión de una sola persona, sin más soporte que el gusto de imponer el “tronío” de sus propios chicharrones.

Puesto a tragar sables, el alcalde le dio el gusto al mandatario y quitó el al muy técnico director de Interapas para dejar por semanas acéfala la dirección, disque en búsqueda de un perfilazo indóneo.  Algo hizo para salvar la cara: no poner en ese cargo el nombre que anunció el gobernador, el exsecretario de Gobierno y exprocurador Jorge Daniel Hernández Delgadillo, quizá porque una crisis interna lo dejó sin secretario general en la alcaldía y le urgía más. El esperado perfil que buscaba el alcalde, varias semanas después y otra vez puyas y presiones del gobernador por la dilación, resultó… ser el tipo al que habían dejado como encargado, un abogado que era el director jurídico. Como no sea que el Interapas vaya ahora sí a actuar por la vía judicial contra su crasa nómina de morosos, y esa sea la prioridad, lo único que evidenció todo este episodio es una penosa y poco elegante cesión.

Por si eso no fuera suficiente, desde enero pasado Conagua se enteró que la cortina de la presa El Realito tiene fugas. Una década bastó para que dejara escapar un caudal, eso sin contar el riesgo de que reviente. El gobernador Gallardo Cardona no ha dejado escapar la oportunidad para repartir culpabilidades entre sus antecesores en el gobierno estatal por la mala construcción de la presa, aunque haya sido una obra federal bajo control de Conagua.

El día que fueron a conocer las dimensiones del problema, alcalde capitalino y gobernador se hicieron la foto juntos, como en otros temas lo han hecho y de todas formas de la foto no pasa. En esa se ve veían compungidos y preocupados. Anunciaron medidas y trabajo conjunto. Se deben mutuamente el salvoconducto de permanecer juntos, vaya cosa. El delegado de Conagua que les acompañó no se anduvo con suavizantes para lo que espera a los potosinos de la Zona Metropolitana: si no tienen aljibe, construyan uno o amplíenlo antes de mayo, una vez que la presa haya sido vaciada para reparación. Calcula ocho meses de trabajos para parchar la cortina y luego a rogar por una temporada de lluvias generosa.

A San Luis Potosí y zona conurbada le espera una severa crisis de abasto de agua porque. Vistos los antecedentes, si nuestras autoridades no asumen en lo que viene su rol circunstancial y lo siguen confundiendo con uno providencial, peor nos irá a los potosinos.

A ver si en esta la iniciativa privada hace por recuperar algo de su rol social perdido hace años y arrima algún esfuerzo, puesto que van a tocar a la puerta como en Monterrey el año pasado con los pozos de las grandes empresas.

Cuando el desabasto se agrave más, los ciudadanos lo que menos queremos son vendettas políticas, cacerías de brujas, fans itinerantes con globitos, tronidos chicharroneros ni postureos de “héroes del barrio”. Si eso es lo único que vamos a tener cuando giremos el grifo o el monomando en casa, no habrá propaganda, redes sociales ni porras que valgan. Por mucho año electoral que tengamos a la vuelta.

ROLLOS SUELTOS

CONGRESO, A PAGAR. A tira y tirón, dos asesores del Congreso que fueron despedidos sin la indemnización que se debía, ganan otro de esos largos litigios en los que se enfrascan las oficinas públicas estatales sin más idea que patear el bote hasta donde se pueda por años, pero sin considerar que las cuentas siguen corriendo. Los dos llegaron al Legislativo bajo los auspicios de Conciencia Popular.

LO QUE TOCA. Los motivos de reclamo laboral son dos: el Congreso manifiesta que les pagaban un salario determinado en tabulador pero en realidad ellos recibieron menos (¿alguien tomaba su “moche”?), una, y que pretendieron categorizarlos como “de confianza” para eludir compensaciones. Las dos situaciones les dieron dictamen a favor de la justicia laboral y la confirmación de tribunales federales.

¿FELIZ CUMPLE? El festejo estatal de aniversario del PRI, deslucidísimo, nada más sirvió para que priistas inconformes con la política de mera flotación de su dirigencia estatal, conmemoraran la fecha exigiendo la renuncia de don Elías Pesina, presidente del Comité Directivo. Ni le mandaron decir que no quieren una dirigencia interesada en buscar nada más pluris y regidurías “seguras”, arrinconada y calladita para que no se ofendan los del partido gobernante.

ALMA DE LÁTEX. A ver si estos aguerridos priistas, varios de ellos de la generación que reactivo al PRI después de la derrota por la gubernatura en 2003, consiguen por lo menos entibiar a don Elías, un tipo maleable y capaz de aguantar de todo, hasta la ignominia, con tal de sobrevivir.

PUDRIDERO. El del área de adquisiciones del IMSS, con un personaje en fuga y un historial de años en complicidades y tapaderas. Y dicen que nomás han salido los vaporcitos.

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