Al concluir la sesión permanente de este miércoles, el ambiente en el Senado de la República se tornó violento cuando Alejandro “Alito” Moreno (PRI) y Gerardo Fernández Noroña (Morena), presidente de la Mesa Directiva, protagonizaron un altercado que incluyó empujones y gritos, lo que obligó a cerrar la sesión en medio de tensión y polémica.
De acuerdo con testigos, la disputa escaló rápidamente cuando Moreno confrontó directamente a Noroña, lo que generó una reacción física. Un observador describió el episodio como “una ola de empujones y gritos” que cerró de manera abrupta los trabajos de la Comisión Permanente.
Este enfrentamiento ocurre en un contexto de confrontaciones previas entre ambos senadores. Fernández Noroña ha sido objeto de denuncias por parte del PRI, mientras que “Alito” Moreno lo ha acusado públicamente de tener prácticas contradictorias con los discursos de austeridad de su partido. En semanas pasadas, Moreno señaló presuntas irregularidades en el patrimonio de Noroña, incluyendo una casa en Tepoztlán valuada en 12 millones de pesos, y lo llamó “vividor y farsante”.
Las tensiones también han alcanzado al interior de Morena. La presidenta Claudia Sheinbaum salió a defender la unidad del partido frente a las declaraciones y confrontaciones de Fernández Noroña, asegurando que “no existe fractura política interna”.
El choque entre Alito Moreno y Fernández Noroña refleja un clima de polarización política y un ambiente cada vez más inflamado dentro del Legislativo. Los enfrentamientos constantes entre ambos, tanto en sesiones como en redes sociales y medios, han generado preocupación sobre el clima institucional en el Senado.
Aunque los dos representan fuerzas distintas, sus disputas personales han comenzado a repercutir en la percepción pública, erosionando la imagen de cordialidad y compromiso que debería prevalecer en el órgano legislativo.
