En el marco de una de las etapas más críticas del proceso electoral en México, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz, de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, elevó su voz en contra de la ola de violencia que ha ensombrecido la contienda política del país, con un total de 44 asesinatos de aspirantes y candidatos,
Gálvez envió un mensaje contundente al gobierno actual y a la sociedad mexicana.
“Por eso hoy quiero mandar mi más sentido pésame a las familias de los candidatos que tristemente han sido víctimas del crimen organizado. Ni ellos ni nadie merecía morir”.
La candidata recordó a cada uno de los fallecidos y ha criticado duramente la gestión de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador, calificándola de cobarde ante la crisis por el crimen que se ha apoderado de algunos estados.
La situación es alarmante: entre los casos más recientes se encuentran los asesinatos de Sergio Hueso, aspirante a la alcaldía de Armería, Colima; David Rey González, presidente de la Unión de Ejidos de Suchiate, Chiapas; y Alfredo Giovanni Lezama, regidor de Cuautla, Morelos.
Estos trágicos eventos son solo una muestra del peligro que enfrentan aquellos que buscan servir a su comunidad a través del servicio público.
Gálvez lanzó un llamado a la paz y a la justicia, exigiendo al presidente enfrentar con valor su responsabilidad y darles paz a las regiones de México controladas por la delincuencia organizada. “No cierre los ojos Presidente, la realidad toca la puerta todos los días y usted se niega a enfrentarlos”, declaró con firmeza.
Los hechos violentos en contra de los aspirantes se han registrado en estados como Michoacán, Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Morelos, Chiapas, Colima y Jalisco, entre otros.
La cifra total de asesinatos asciende a 44, una estadística que refleja la urgencia de una solución integral y efectiva para garantizar la seguridad de los participantes en el proceso electoral.
La candidata enfatizó la necesidad de un cambio en la estrategia de seguridad, criticando la política de “abrazos y no balazos” del actual gobierno y prometiendo que, de llegar a la presidencia, enfrentará con determinación a la delincuencia.
La violencia electoral no solo ha cobrado vidas, sino que también ha sembrado el miedo y la incertidumbre en una nación que se prepara para decidir su futuro.
La demanda de Xóchitl Gálvez por un México más seguro y justo resuena en un contexto donde la democracia se ve amenazada por las balas y la sangre derramada de aquellos que aspiraban a liderar con esperanza.