La reciente desaparición de Daniela Martell en el barrio de Tequisquiapan ha puesto de relieve las deficiencias en la gestión de la Fiscal General del Estado, María Manuela García Cázares. A pesar de los informes sobre avances en la investigación, la realidad es que la Fiscalía enfrenta un déficit significativo de personal, especialmente en áreas críticas como la atención a mujeres y delitos sexuales.
Este déficit no es un problema reciente. Desde su nombramiento, García Cázares ha sido objeto de críticas por la falta de transparencia en su designación y por la opacidad en la gestión de la Fiscalía.
Además, la falta de recursos humanos ha llevado a una acumulación de casos sin resolver, lo que genera desconfianza en la ciudadanía y deja en evidencia la ineficacia de la Fiscalía bajo su liderazgo.
La desaparición de Daniela Martell es un recordatorio de las consecuencias de una gestión deficiente y de la urgencia de una reforma profunda en la Fiscalía General del Estado.