El gremio de taxistas enfrenta una creciente polémica tras denuncias ciudadanas que acusan a algunos conductores de usar los vehículos para cometer asaltos y robos. Durante la segunda semana de enero, diversas publicaciones en redes sociales señalaron casos en los que pasajeros han sido amenazados y despojados de sus pertenencias por los mismos conductores.
Las víctimas relataron que, confiando en la seguridad del servicio, no detectaron señales de peligro hasta que fue demasiado tarde. Estas denuncias se suman a incidentes ocurridos en diciembre que afectaron aún más la imagen del gremio. Uno de los casos más comentados ocurrió el 24 de diciembre, cuando un video mostró a un taxista huyendo con los regalos de una familia. El hecho generó tal indignación que otros taxistas intervinieron para devolver los juguetes y limpiar la reputación del grupo.
Otro incidente ocurrió el 31 de diciembre, cuando una unidad marcada con el número 4823 fue identificada en un video de seguridad transportando a tres personas armadas que presuntamente cometieron un asalto. Posteriormente, las autoridades aclararon que el vehículo había sido robado, descartando la participación directa del conductor en el delito.
Ante estas situaciones, ciudadanos exigen que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tome medidas para garantizar que el transporte público sea seguro. Las denuncias apuntan a la necesidad de un control más estricto sobre los conductores y los vehículos, además de un monitoreo constante para evitar que estas situaciones se repitan.
