El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció este miércoles la incautación de más de 700 millones de dólares en activos vinculados al presidente venezolano Nicolás Maduro, acusándolo de ser uno de los mayores narcotraficantes del mundo. Entre los bienes confiscados se incluyen dos jets privados, múltiples mansiones de lujo en Florida, una villa en República Dominicana valorada en 18 millones de dólares y una granja de caballos en Kentucky. La fiscal general Pam Bondi detalló que estas acciones forman parte de una estrategia para desmantelar las redes de corrupción y narcotráfico asociadas al régimen chavista. Maduro, quien ha negado las acusaciones, calificó la medida como un acto de “imperialismo yanqui” destinado a desestabilizar su gobierno. Esta incautación representa el golpe más significativo contra los activos de Maduro desde las sanciones impuestas en 2020.
La operación, coordinada por agencias como el FBI y la DEA, incluyó la confiscación de un Dassault Falcon 900EX y un Bombardier Global Express, aviones utilizados supuestamente para transportar drogas y lavar dinero. Además, se decomisaron nueve vehículos de lujo y cuentas bancarias ocultas en paraísos fiscales, totalizando cientos de millones en efectivo congelado. Bondi enfatizó que estos activos fueron adquiridos con fondos ilícitos provenientes del narcotráfico, exacerbando la crisis humanitaria en Venezuela. El gobierno de Trump duplicó la recompensa por información leading a la captura de Maduro, elevándola a 50 millones de dólares. Analistas ven esta acción como una escalada en las tensiones bilaterales, especialmente tras las disputadas elecciones venezolanas de julio de 2024.
Entre los bienes destacados se encuentra la Villa La Caracola en República Dominicana, una mansión de 18 millones con vistas al mar, piscinas y helipuerto, vinculada a testaferros de Maduro. En Florida, las autoridades incautaron propiedades en Miami y Palm Beach, valoradas en decenas de millones, que servían como refugios para familiares y aliados del régimen. Una granja ecuestre en Kentucky, con caballos de raza pura, también fue confiscada por su presunto uso en lavado de dinero. Maduro respondió en un discurso televisado, acusando a EE.UU. de “robo internacional” y prometiendo retaliaciones diplomáticas. La oposición venezolana, liderada por María Corina Machado, celebró la medida como un paso hacia la justicia internacional.
Esta incautación se enmarca en una serie de acciones contra el chavismo, incluyendo la confiscación de miles de toneladas de cocaína vinculada a Maduro en operaciones previas. Bondi reveló que el total de activos decomisados desde 2020 supera los 1,000 millones de dólares, debilitando financieramente al régimen. Expertos en relaciones internacionales advierten que esto podría intensificar la migración venezolana y las tensiones en América Latina. Maduro, bajo sanciones desde 2019, enfrenta cargos por narcoterrorismo en cortes estadounidenses. El gobierno de Biden-Trump busca usar estos bienes para compensar víctimas de la represión en Venezuela.
La reacción internacional ha sido mixta: aliados como Rusia y China condenaron la incautación como una violación de la soberanía, mientras que la Unión Europea expresó apoyo a las medidas anticorrupción. En Venezuela, el cierre de filas del chavismo ante la presión estadounidense incluye protestas masivas en Caracas. Bondi anunció que se subastarán los bienes para financiar programas antidrogas en EE.UU. y Latinoamérica. Maduro, en el poder desde 2013, ve erosionada su base económica con esta pérdida millonaria. Esta acción podría influir en futuras negociaciones diplomáticas entre Washington y Caracas.