El caso de los normalistas de Ayotzinapa ha generado controversia y confrontación tras un incidente en el que se vieron involucrados y que resultó en la muerte de al menos uno de ellos. Las versiones divergentes entre los estudiantes y las autoridades de Guerrero han generado confusión y desconfianza.
Según la Secretaría de Seguridad de Guerrero, el enfrentamiento ocurrió cuando la policía respondió a un reporte de robo de un vehículo, siendo recibidos a disparos por parte de los ocupantes del automóvil. En el intercambio de disparos, uno de los agresores resultó herido y fue detenido. Se encontraron armas de fuego y sustancias ilegales en el vehículo.
Por otro lado, los normalistas de Ayotzinapa afirman que fueron atacados sin motivo aparente por la policía mientras se trasladaban hacia su escuela. Aseguran que fueron amenazados previamente por elementos de la Guardia Nacional y acusan a la policía estatal de llevar a cabo un ataque premeditado. Además, desmienten las acusaciones de la policía sobre el robo del vehículo y la presencia de armas y drogas en el mismo.
En respuesta al incidente, se reportó que los normalistas incendiaron una patrulla de la policía en la capital guerrerense. El Centro de Derechos Humanos Minerva Bello también contradice la versión oficial y reporta el asesinato de dos normalistas por la policía estatal.
Durante la conferencia matutina del 8 de marzo, el presidente AMLO confirmó la muerte de uno de los normalistas y proporcionó detalles según el informe de las autoridades de Guerrero, describiendo el incidente como un enfrentamiento en el que la policía respondió a un supuesto ataque por parte de los jóvenes.
El caso sigue generando interrogantes y exigencias de claridad por parte de la sociedad civil y organismos de derechos humanos, mientras se espera una investigación exhaustiva para esclarecer lo ocurrido y determinar las responsabilidades correspondientes.
