El posible traslado de operaciones de empresas automotrices de San Luis Potosí a Estados Unidos, impulsado por la política comercial del presidente Donald Trump, genera incertidumbre en el sector laboral y en la cadena de proveeduría, aunque aún no se han registrado cierres de plantas en la entidad.
El diputado César Arturo Lara Rocha advirtió que, si las empresas optan por reubicar su producción debido a la imposición de aranceles, la afectación no se limitaría a la industria automotriz, sino que impactaría en toda la red de proveedores y trabajadores indirectos. Destacó que aún no se ha dimensionado el impacto real que podría tener esta medida en el empleo local.
Diversos sindicatos han manifestado su interés en participar en las discusiones sobre el futuro del sector. La recientemente conformada Asociación General de Trabajadores (AGT), que agrupa a organizaciones como la CROM, la CROC y ASPA, busca ser incluida en las negociaciones para garantizar la representación del sector laboral. Lara Rocha recordó que en la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, los trabajadores tuvieron un papel activo en las discusiones y considera fundamental que ahora también se les tome en cuenta.
Si bien hasta el momento no se han registrado despidos ni cierres de plantas en el estado, el panorama sigue siendo incierto. La expectativa está puesta en las negociaciones entre el gobierno mexicano y la administración estadounidense, ya que de ellas dependerá el rumbo que tome la industria automotriz en la región y la estabilidad laboral de miles de trabajadores en San Luis Potosí.