Esta semana comenzó el ciclo escolar para la educación básica en todo el país, pero en algunas entidades, la violencia impidió el regreso a las aulas, dejando a niños y adolescentes en espera de poder reiniciar sus actividades académicas.
Los estados más afectados por la inseguridad son Guerrero y Chiapas, donde la violencia del crimen organizado ha generado un ambiente peligroso para la comunidad educativa. En Michoacán, el paro laboral de los profesores ha sido el factor que impide el inicio de clases presenciales.
Marcial Rodríguez Saldaña, secretario de Educación en Guerrero, informó que, debido a la situación actual, las clases se llevarán a cabo de manera virtual en comunidades de Coyuca de Benítez y Petatlán, en la Costa Grande, así como en el municipio de Leonardo Bravo, en la Sierra, hasta que se logre restablecer la seguridad.
Los docentes en estas zonas han reportado ser víctimas de la delincuencia, con incidentes de robos de vehículos y pertenencias. Además, en Leonardo Bravo, se produjo un enfrentamiento entre dos grupos criminales, agravando aún más la situación de inseguridad.
La preocupación entre las instituciones académicas es evidente, ya que muchos estudiantes carecen de los recursos y la tecnología necesarios para seguir sus estudios en línea, tanto en sus hogares como en las escuelas. La violencia ha permeado todos los aspectos de estas comunidades, afectando a comercios, gobiernos municipales, escuelas y viviendas, sumiéndolos en un estado de temor constante.