Por Andrés Martínez Tovar
Honestidad, rectitud y conocimiento lo distinguieron.
Un periodista completo, sin lugar a dudas, un modelo a seguir por las generaciones venideras de periodistas, por su apasionada formar de conceptuar el periodismo, un periodismo comprometido, como debe ser, pero comprometido con la verdad y con las causas nobles del pueblo, el compromiso debe ser solo con ellos; la verdad y el lector. Así fue don Juan Mireles Calderón.
Juan Mireles Calderón nació en 1941 y su adiós a la vida ocurrió el domingo 27 de agosto de 2017; un traicionero infarto al miocardio acabó con la vida del excelente periodista y mejor amigo, escribir de él es adentrarse en el mundo mágico que es el periodismo, el periodismo de la vieja guardia, donde las redacciones eran todo bullicio y se escuchaba el tableteo del teclado de las viejas máquinas Remington.
Quienes le conocieron en su juventud lo recuerdan; desde muy joven se dedicó a otra rama de la comunicación pues se desempeñó como locutor aquí en San Luis.
Y, como la gran mayoría, incursionó al periodismo escrito en lo que quienes conocen lo que es la talacha periodística, la “escuelita” de los reporteros; El Heraldo, donde comenzó desde abajo y, por sus conocimientos y dedicación, lo nombraron Jefe de Redacción.
Salió de El Heraldo y migró a los Estados Unidos de América, pero volvió en 1974 y se desempeñó como secretario de redacción en El Sol de San Luis, pero luego volvió a desaparecer, prácticamente nada se sabía de él. Finalmente se supo; había ido a Ciudad Victoria, Tamaulipas, no a incorporarse a la planta de redacción del Mercurio, periódico recién fundado, cuyo dueño era José Villarreal Caballero.
Sus inquietudes por conocer cada vez más, ya no la redacción de notas, sino todo lo relacionado a la impresión en offset y a color, lo llevaron para allá.
Aquí, en San Luis, ya se preparaba la aparición de Periódico Momento, donde sería uno de sus fundadores y el artífice del éxito de Momento, en su mejor época.
En noviembre de 1975 salió la primera edición de Momento, acompañada del éxito periodístico. El diseño, calidad de impresión y contenido ancló a los lectores de periódicos.
Fue en 1978 cuando el grupo Monterrey, propietario de El Norte se hizo cargo de la dirección de Momento y, entonces Juan Mireles y demás directivos de ese entonces se fueron. Juan Mireles fue invitado por el dueño del periódico A.M., entró en pláticas con él para invitarlo a fundar el A.M., de Celaya.
Gabriel Martínez, primer jefe de redacción de AM Celaya, recordó que él y Juan Mireles llegaron de San Luis Potosí a Celaya en 1978, invitados por el dueño del diario, Ernesto Gómez Hernández y por el director de AM en esa época, Miguel Barragán Torroella, para crear un periódico en esta ciudad. “Nosotros dos nos dimos a la tarea de detectar, entrevistar y contratar al elenco editorial cuyo perfil encajaba en el plan, y fue bastante duro entrar en una sociedad como la celayense de ese entonces”, relató Gabriel Martínez, a través de Facebook.
Después Juan Mireles regresó a San Luis, fue contratado nuevamente por El Heraldo para un proyecto especial, pero los directivos de Momento al enterarse de su estadía en esta ciudad le hicieron una oferta para que ocupara la subdirección del periódico, puesto que desempeñó hasta 1987, en ese año, la familia Valladares vendió el periódico al finado exgobernador don Carlos Jonguitud Barrios, quien luego lo vendería al empresario Ramón Cervantes.
Junto con la familia Valladares y un número importante de trabajadores de Momento fundó Pulso de Zacatecas y posteriormente Pulso de San Luis siendo uno de sus subdirectores.
De pulso salió jubilado, se dedicó a viajar, dentro fuera del país, amante de la buena música, la clásica. Hasta que la muerte le sorprendió, en su velorio estuvieron destacados periodista de la llamada “vieja guardia”. Cabe destacar que su cuerpo, en su féretro, se encuentra al lado de un fotógrafo, muy amigo suyo, el aguascalentense Francisco Sánchez Ureña.