El 6 de enero, el juez Carlos Alberto Ávalos Hernández dictó una resolución que ha generado controversia en San Luis Potosí. A pesar de la agresión brutal sufrida por Katia, quien perdió el 80% de su labio inferior el 28 de septiembre a manos de Hernán “N”, el agresor fue dejado en libertad bajo el argumento de que no representaba un “peligro” para la víctima.
La joven de 30 años, que había pedido ayuda a través de redes sociales para difundir su caso, fue atacada por Hernán cuando salía de una reunión social. Según su relato, el agresor la interceptó, la golpeó, le mordió cerca del ojo y finalmente le arrancó el labio inferior en una agresión violenta. A pesar de las claras evidencias, incluyendo fotos de las lesiones, el juez minimizó la magnitud de la agresión, sugiriendo que las imágenes no mostraban “una mutilación”, sino que simplemente dejaban a la víctima “menos bonita”.
Katia expresó su desconcierto al recordar las palabras del juez: “en las fotos no se veía que era como tal una mutilación’, que ‘cuando era una mutilación es para tú dejar desfigurada a una persona, para hacer que esa persona ya no se viera bonita, que no se viera bien, no luciera para la sociedad”. Este comentario ha provocado indignación entre quienes han seguido el caso, pues muchos consideran que revictimiza a la mujer al restarle importancia al sufrimiento físico y emocional que ha padecido.
A pesar de que el agresor enfrenta cargos por lesiones calificadas, el juez determinó que podría llevar el proceso en libertad, ya que, según su evaluación, no representaba una amenaza para la víctima. Además, la resolución incluye que Hernán deberá cubrir los gastos médicos de Katia durante los próximos tres meses, periodo en el que continuará el juicio.
Katia, por su parte, se siente desprotegida ante la decisión del juez. Aunque le proporcionaron un número de contacto directo de un policía para reportar cualquier incidente con su agresor, no se dictó ninguna orden de restricción. La joven había estado siendo acosada por Hernán antes del ataque, quien la seguía en su automóvil y posteriormente le enviaba amenazas a través de mensajes.
El caso ha generado comparaciones con otros incidentes recientes, como el de Melanie Barragán, agredida por su ex pareja en Tamaulipas, quien recibió un tratamiento judicial diferente y cuyo agresor fue encarcelado mientras enfrentaba el proceso.