El pasado junio de 2024, México vivió el mes más lluvioso en 80 años, con precipitaciones que alcanzaron los 148.7 milímetros, un 49% por encima del promedio histórico de este mes. Este aumento de lluvias ha sido crucial para elevar los niveles de agua en las presas del país, las cuales enfrentaban una grave crisis tras varios años de sequía.
Al 1 de julio de 2024, el nivel de las principales presas mexicanas se situó en el 38% de su capacidad total, un incremento notable desde el 35% registrado a mediados de junio. Estas presas, que tienen la capacidad de almacenar el 92% del agua del país, contienen un volumen total de 48,017 millones de metros cúbicos, según datos publicados por Forbes.
El Sistema Cutzamala, encargado de suministrar el 25% del agua al Valle de México, ha visto un ligero aumento en sus reservas, alcanzando un promedio del 26.9% de su capacidad. Este sistema incluye presas como El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria.
Con la temporada de huracanes 2024 en curso, México ha estado atento a los ciclones tropicales Alberto, Beryl y Chris. Se espera que Beryl toque tierra en la península de Yucatán a finales de esta semana como huracán de categoría 1 o 2, lo que podría causar lluvias intensas y emergencias en diversas regiones.
El Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (CTOOH) ha implementado medidas preventivas ante los impactos de estos ciclones, especialmente en áreas como Tierra Labrada, Veracruz, donde se evacuaron 250 millones de metros cúbicos de agua debido a los efectos de Alberto y Chris.
Conagua sigue monitoreando las presas y embalses del país, subrayando su importancia en la gestión del agua para uso doméstico, agrícola e industrial. La mejora en los niveles de las presas no solo garantiza una mayor seguridad hídrica, sino que también ofrece un respiro a la agricultura y la ganadería, sectores duramente afectados por la sequía prolongada.
La temporada de lluvias y ciclones representa un reto constante para México, destacando la necesidad de una gestión hídrica eficaz y una preparación adecuada ante emergencias. La cooperación internacional es fundamental en la mitigación de riesgos y en la respuesta rápida a situaciones críticas, especialmente ante fenómenos como el huracán Beryl.