Una familia tének enfrenta una tragedia marcada por la negligencia médica y el abuso de poder, después de que un joven de 22 años, llamado Abraham, perdiera su pierna derecha. La amputación fue el resultado de la falta de atención y recursos en el Hospital General de Soledad de Graciano Sánchez, administrado por el IMSS-Bienestar. Acompañados por su abogada, Xóchitl Tolentino, la familia ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, buscando justicia por las violaciones a sus derechos.
El caso se originó a finales de diciembre de 2024, cuando Abraham fue atropellado por Carlos Adrián Cepeda Echavarría, delegado de la Sedesore en Aquismón y conocido empresario. Tras el accidente, el funcionario abandonó al joven en un hospital local y amenazó a la familia para evitar acciones legales en su contra. Sin encontrar atención adecuada en la Huasteca, la familia trasladó a Abraham a la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, donde el Hospital General de Soledad aceptó recibirlo.
Sin embargo, en el hospital tampoco recibió el tratamiento necesario. Durante días, Abraham permaneció en una camilla mientras su lesión, infectada desde el accidente, empeoraba hasta desarrollar necrosis. Los familiares afirman que, con los recursos y personal adecuados, la situación podría haberse evitado. Ahora, Abraham enfrenta un futuro sin su pierna, una pérdida que podría haberse prevenido.
“Abraham todavía me pregunta dónde está su pierna. Aún no concibe que se la hayan cortado”, compartió entre lágrimas la abogada Xóchitl Tolentino. Además del dolor físico y emocional, la familia enfrenta dificultades económicas al tener que costear medicamentos que el hospital no provee, como analgésicos esenciales.
El delegado Cepeda Echavarría, cuya hermana ocupa un alto cargo en el gobierno estatal, ha utilizado sus influencias para evadir responsabilidades, según la abogada. Mientras tanto, la familia de Abraham lucha por superar esta tragedia y obtener justicia en un sistema que parece favorece a los poderosos.
En los próximos días, se espera que las autoridades actúen para resarcir los daños causados a Abraham y su familia. Este caso pone de manifiesto la necesidad de un sistema de salud más humano y eficiente, así como de un aparato judicial que no permita la impunidad.