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La señora presidenta

Un pendejo siempre tiene a la mano dos cosas, un pretexto y un culpable. Dicho popular.

San Luis Capital

Estuvo de visita por San Luis Potosí la presidenta de la república Claudia Sheinbaum Pardo, un evento público en el municipio de Rioverde y otro más de carácter privado en Villa de Reyes. Los potosinos como siempre, parecen niños con visita, todos se chiflan, -decían antaño- lo peor es que en la era de la hipercomunicación, es posible compartir un incidente cuando aún se está desarrollando el eventual suceso que dio motivo a la divulgación de la noticia, los potosinos -a los que casi no les gusta el chisme- somos muy dados a enterarnos de cosas ajenas, y polemizamos sobre casi cualquier tema, siempre y cuando no se trate de nosotros o de aquellas personas que consideramos de nuestra propiedad. A los demás les puede caer encima la desgracia, y como diría el manual del potosinense no faltará quien murmure: me alegro. Acompañando a la presidenta Claudia -muy solemne- “la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez”. La potosina no pudo apartar el gesto adusto mientras conversaba brevemente en el templete con “el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona”. La cosa no es para menos, no solo abandonó a su suerte a su hermana Rita Ozalia Rodríguez en la elección constitucional al senado de la república hace un año, -todavía se acuerda- sino que además le propinó semejante humillación en la recién concluida elección judicial donde el equipo gallardista ganó 15 de 15 posibles magistrados del tribunal electoral del estado y el 95 % de los jueces. Creo que es un poco injusto querer hacer responsable al jefe del ejecutivo de la incompetencia de sus adversarios. Ya sería demasiado que la queja de la hermana fuera que sus aliados verdes no le permiten ganar y esa falta de cortesía política fuese un delito que se castiga con prisión -ojalá. Ya estaría de menos lo que está por demás.

Como sea, flaco favor le hizo al jefe de la pandilla verdosa el recién asociado alcalde del municipio de Rioverde Arnulfo Urbiola al provocar una ridícula disputa para evitar el ingreso de su acérrimo adversario Leobardo Guerrero. Leobardo participó en la pasada contienda y estuvo a punto de evitar la reelección del ex priísta que ahora porta el uniforme verde. “El alcalde Urbiola” incluso se niega a reconocer la inclusión de un regidor de movimiento ciudadano que no pudo llegar el día de la toma de protesta porque prácticamente fue secuestrado por policías municipales, la recurrencia de los actos de prepotencia del alcalde y su equipo ya tienen harta a la población. Usted se preguntará ¿y cómo fue que logró reelegirse?, sencillo, la dirigente panista Verónica Rodríguez conspiró en contra del candidato natural de su mismo partido e impidió la candidatura a recomendación expresa de su secretario general Enrique Dahud quien es originario de la zona media y que aparentemente habría llegado a un acuerdo económico para evitar que Leobardo pudiera acceder a la nominación por el PAN y así favorecer al alcalde en campaña. El fracaso fue monumental, los votos de Acción Nacional en el municipio se fueron al partido naranja, tanto así que solo consiguieron un regidor que sobra decirlo es una nulidad, lo fue en la campaña y lo es en el Cabildo. Curiosos arreglos de la también reelecta dirigente estatal del PAN Verónica Rodríguez.

Morena como en muchas partes del estado, nunca ha tenido peso en Rioverde, y ahora intenta que un trasvase de votos panistas coyunturalmente “emecistas” engrosen las filas del partido guinda en la región. Como sea, ante el temor de que Leobardo Guerrero pudiera acceder a la presidenta de México y denunciar los excesos que tienen que padecer los habitantes de la zona media con el cacicazgo de Arnulfo Urbiola, al tiranuelo se le ocurrió una mala idea, enviar una parvada de policías municipales vestidos de civil para encapsular y evitar el ingreso del personaje al lugar donde se desarrollaría el mitin político. En la era del chisme digital, -por eso decía- un video de un par de ancianas jalándose las trenzas ya es noticia, así que la imagen de una docena de “oompa loompa” ataviados con pantalón de mezclilla, camiseta blanca y corte militar jaloneando a un vato grandote y de sombrero no iba a pasar desapercibido. Dudo mucho que el gobernador estuviera enterado previamente del desaguisado, sería demasiado estúpido, después de todo, a él le iba a tocar dar las explicaciones al par de mujeres encabronadas en el templete, que, para variar, son las más poderosas del país. Otra nota nacional para avergonzar por enésima ocasión a las madres potosinas.

En Rioverde y Villa de Reyes una vez más los eventos políticos de la presidenta de la república se convierten en una suerte de guerra de porras, los acarreados verdes y guindas abuchean y vitorean a sus candidatos a la menor provocación -parecen idiotas coreando el nombre de su político predilecto. La clase política morenista solo sabe tomarse fotografías, en la pasada elección ya quedó más que claro que lo de ellos es chismear, procrastinar y culpar a los demás de sus fracasos. En los eventos al que mejor le va, es al que pasa desapercibido como “el diputado local, Emilio Rosas”, cauto y excesivamente prudente, Cuauhtli Badillo con urgencia de llamar la atención, a ratos se desvanece y ocasionalmente regresa con nuevos bríos, Carlos Arreola y Gabino Morales, como dos gotas de agua, se saben de memoria la liturgia morenista y jamás se apartan del guión “cuatrotero”, las dos diputadas Nancy y Gaby, además del coordinador conocido por el mote de “el gallo”, dudo mucho que alguno recuerde el nombre de cualquiera, son como un grito ahogado, ya no sabe uno si apenas van, o ya vienen de regreso. Hoy como nunca Morena tiene posiciones políticas y administrativas para darle chambas hasta los cuates de los cuates. El problema de Rita Ozalia es que, del stock disponible, pura secundaria trunca. Luego terminan por caer en manos de vivales que presumen experiencia, pero la última ocasión que tuvieron empleo los despidieron por corrupción cuando todavía existía la secretaría de recursos hidráulicos y el banco del atlántico. Por ahí apareció el apellido Legaspi, si estamos hablando del mismo, la última vez se fue defenestrado y ahora 35 años después resulta que es consultor y estratega -chale. Claudia Sheinbaum aprovechó la visita para pasear a su secretaria de gobernación, la llenó de elogios y arengó a la multitud quienes ni tardos -los perezosos- ovacionaron a la paisana. El gobernador se le notaba incómodo, pero tampoco se arredró.

El gobernador del estado no es un personaje que recule, si se le ha metido en la cabeza hacer de su esposa una gobernadora tiene todos los elementos necesarios a su alcance, la mejor estructura, los pactos, las alianzas y una caterva de incapaces enfrente, no le pudieron dar pelea en la elección judicial y ahora están aterrorizados. En la mente de muchos morenos solo existe una idea, que ojalá y hubiera un pacto político para rifarse las migajas de una alianza forzada, así no tendrían que simular una campaña pinche y después pasar por la ignominiosa vergüenza de reconocer que sus adversario verdes los superan en todos los campos. Mientras Rita Ozalia Rodríguez -o quien quiera que lo apoye- sostenga en la delegación del bienestar a Guillermo Morales todo proyecto político estará destinado al fracaso, pero… quizás no tiene un sustituto en quien confiar. Solamente del mentado fondo de aportaciones para la infraestructura social (FAIS) el tipo va a traer cerca de mil millones de pesos para repartir de manera discrecional entre sus cuates las obras. Segunda llamada para la presidenta del comité ejecutivo estatal de Morena en el estado. Como dijera la poetisa estadounidense Emily Dickinson: ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie.

@gandhiantipatro

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