El Gobierno de México ha completado el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional a lo largo de la frontera con Estados Unidos, como parte de un acuerdo entre la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo estadounidense, Donald Trump. Este pacto busca suspender por un mes la aplicación de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos.
Las tropas se han distribuido en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, con la misión de reforzar la seguridad y combatir el narcotráfico en zonas urbanas, rurales, carreteras y aduanas. Sin embargo, no realizarán funciones de control migratorio.
La mayor presencia se concentra en Baja California, con 3,010 agentes, seguida de Chihuahua con 2,620. Este despliegue se enmarca en el “Operativo Frontera Norte”, anunciado por la presidenta Sheinbaum, con el objetivo de frenar el tráfico de fentanilo y otras drogas hacia Estados Unidos, así como el flujo ilegal de armas hacia México.
El acuerdo entre ambos mandatarios también incluye el compromiso de Estados Unidos de ayudar a detener el flujo de armas de alto poder hacia México desde su frontera. Este despliegue ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de dejar otras áreas de México vulnerables y sin seguridad adecuada. Analistas señalan la difícil posición de la presidenta Sheinbaum al tomar esta decisión, que busca equilibrar la soberanía nacional con las presiones internacionales.
Este despliegue es parte de una estrategia bilateral de seguridad que busca fortalecer la cooperación entre México y Estados Unidos en temas de seguridad fronteriza y combate al narcotráfico. La Guardia Nacional continuará operando en estas regiones como parte de este esfuerzo conjunto.
