La carretera 57, una de las principales rutas utilizadas por migrantes para regresar a México, ha sido señalada como un punto crítico por las constantes extorsiones que enfrentan quienes la transitan. Paisanos que recorren este trayecto desde la frontera hasta Matehuala reportan la presencia de al menos seis retenes, donde son obligados a entregar dinero para continuar su viaje.
El temor entre los migrantes va en aumento, y algunos han advertido que podrían dejar de viajar al país si no se toman medidas para garantizar su seguridad. Especialmente aquellos con destinos más lejanos dentro de México se ven forzados a detenerse frecuentemente para obtener efectivo, lo que incrementa su vulnerabilidad ante posibles asaltos o actos violentos.
Ante estas denuncias, el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, anunció un operativo conjunto con fuerzas federales para reforzar la vigilancia en la carretera 57. Aunque las autoridades buscan frenar la actividad delictiva, los paisanos exigen acciones más contundentes que demuestren resultados reales y visibles en el corto plazo.
La inseguridad en esta vía ha sido una preocupación recurrente, con reportes de extorsiones, robos y secuestros que afectan tanto a viajeros como a transportistas. La situación no solo amenaza la tranquilidad de quienes recorren esta carretera, sino que también afecta la confianza de los migrantes en el regreso a sus comunidades de origen.
