Juan Carlos Soni Bulos, conocido por su trabajo en defensa de los derechos de los pueblos indígenas de la Huasteca Potosina, falleció a los 50 años a causa de complicaciones de salud. Soni fue un líder comunitario y médico tradicional que dedicó su vida a proteger las tradiciones y derechos de las comunidades indígenas, dejando una huella perdurable en la región.
Desde 1995, Soni comenzó a documentar las violaciones de derechos humanos sufridas por los pueblos originarios, destacándose en la lucha por recuperar espacios sagrados, como la Cueva del Maam en Huehuetlán, San Luis Potosí, un lugar de gran significancia para los huastecos náhuatl. Su intervención fue clave para que los peregrinos pudieran nuevamente acceder al sitio bloqueado por particulares.
En 2013, su activismo sufrió un golpe cuando fue objeto de allanamientos por parte de la Secretaría de Marina (Semar). Tras este suceso, solicitó protección bajo el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos, pero ese mismo año fue detenido ilegalmente, acusado de delitos fabricados. Permaneció preso en condiciones inhumanas hasta que, en 2015, fue absuelto por un juzgado federal, recibiendo su libertad.
A pesar de las adversidades, Juan Carlos Soni continuó su lucha por los derechos de los pueblos indígenas, convirtiéndose en un símbolo de resistencia ante la injusticia. Su legado perdura como ejemplo de coraje y compromiso con la defensa de los derechos humanos y la preservación de las culturas originarias de la Huasteca.