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Nadie es profeta en su tierra

Para quien ama la lisonja, es enemigo el que no es adulador. Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro.

San Luis Capital

Sufragio efectivo no reelección, los priistas “de antes” se llenaban el cogote de falso patriotismo al pronunciar la frase atribuida al demócrata mexicano por antonomasia, Francisco I. Madero. Esa supuesta aversión que tenían a la posibilidad de reelegirse en algún cargo como el déspota Porfirio Díaz, se perdió con el tiempo, se fue diluyendo la vergüenza y a medida que perdieron el control absoluto de los cargos de elección popular, también aceptaron la posibilidad de la alternancia en la presidencia de la república. Algo impensable en otra época. Tal vez fueron los excesos o la ausencia de conflictos que los uniera ante una amenaza inminente de perder el poder, fueron haciendo concesiones a las fuerzas políticas que, al oponerse, ayudaban a sostener un sistema político anquilosado y rebasado por las corrientes de opinión altermundistas. Hasta los militares mexicanos que son una estirpe de pequeños clanes familiares entendían que era insostenible conservar una clase política que repetía hasta la náusea el mismo discurso redundante y demagógico de setenta años atrás. El partido revolucionario institucional llegó al siglo XXI como un vejete decrépito, chapado a la antigua, y que mantenía una profunda añoranza por las viejas glorias del absolutismo rígido y la degradación social.

En la actualidad, reelegirse no es una opción, es una necesidad. Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI no tuvo el menor pudor en convocar una asamblea nacional y modificar los estatutos para permitir la reelección de dirigentes partidistas. Los detalles son los de menos, lo cierto es que hoy, 11 de agosto de 2024 Alejandro “Alito” Moreno debería ser reelecto por el consejo político nacional. A puerta cerrada y por un universo de 600 notables que integran el máximo órgano electoral, Alejandro Moreno será ratificado como el sempiterno líder del otrora poderoso partido. El PRI de ahora es una caricatura, ya no le alcanza para ser un partido de alianzas, ahora lo máximo que aspira es a convertirse en un satélite del movimiento de regeneración nacional (Morena) y eso porque tienen muy apretados los números para obtener mayoría calificada en el congreso de la unión. Con el partido Acción Nacional ya no habrá reconciliación, la derecha de México por fin se dio cuenta que esa alianza antinatural le benefició sólo al PRI. De no haber participado en esa aberración, el PRI habría perdido el registro hace tiempo, pero esas cosas pasan cuando la política queda en manos de inexpertos e imberbes como Ricardo Anaya o Marko Cortés, Alejandro Moreno le jugó el dedo en la boca a los panistas que se creían muy listos. Lo dicho: quien encuentra un pendejo, encuentra un tesoro.

Sin embargo, el PRI está más vivo que nunca, solo necesitaba brincar este escollo, jamás volverán a ser el partidazo, el tren de la revolución, el partido de las mayorías, pero todavía funciona esa vetusta maquinaria y como paleros están mejor organizados que muchos sectores morenistas, -con eso de que en el partido dominante están prohibidos los grupos políticos- se comportan como una horda de salvajes sin instrucción mínima, son indisciplinados y entre ellos son como caníbales. Por eso en los estados provincianos no hay grupos políticos fuertes dentro del movimiento morenista, a menos claro, que lo encabece un ex panista o ex priísta renovado. Basta el ejemplo de San Luis Potosí, entre morenos auténticos y orgánicos se tildan de pendejos y voraces, y se comportan acorde a las circunstancias. Son una familia disfuncional y eso limita su capacidad de acción, luego pasa lo que le sucedió a Rita Ozalia Rodríguez en la negociación con los verdes, jamás tuvo una estrategia previa a la negociación y por eso la vilipendiaron. Primero, se olvidó de los grupos residuales y no le importó dejar en la indigencia a los simpatizantes auténticos de la cuarta transformación, siempre y cuando el gobernador aceptase su nominación al senado y el candidato del cuarto distrito federal -con cabecera en Ciudad Valles- que ella propuso. Después de la derrota y los ya muy conocidos resabios en detrimento de la posición política del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, Rita está viviendo el sueño, nunca tuvo mejor momento su carrera política, como cuando perdió y se ganó la compasión de todos.

Pero volviendo al PRI, no les extrañe en un futuro no muy lejano que en Morena inauguren una ventanilla especial para recibir solicitudes de admisión para viejos políticos priistas, expertos mapaches electorales y advenedizos profesionales. Eso le dará un poco de organización al movimiento porque hasta ahora los morenos en el poder no han sabido sacar provecho ni a los programas clientelares de la presidencia de la república, y tampoco han sabido ganarse el respeto de los adversarios. La verdad es que para los morenos todo es la secretaría del bienestar y portar un chaleco color guinda. Por ello a pesar de contar con el listado de beneficiarios de los programas asistenciales de la cuarta transformación, terminan malbaratando los padrones y colaborando para grupos mercenarios que, si traen “con queso las gordas”, fuentes de financiamiento pues, y organización y hasta tratos con los malos de cada región. Los priistas para eso se pintan solos, no tienen escrúpulos, ya le perdieron el asco a todo y no tienen dignidad o respeto por la especie humana, solo no saben vivir fuera del presupuesto. O sea, el soldado perfecto sí existe, aunque se corre el riesgo de que la tropa tome el mando si ven un general titubear. Para que se entienda, los morenos potosinos nunca van a obtener triunfos electorales contundentes hasta que no recluten priistas y aprendan hacer uso maniqueo del presupuesto público y si no, siempre los van a hacer como a la nata del caldo.

En el PRI potosino naturalmente que después de la reelección de Alejandro Moreno también Sara Rocha hará lo conducente, es justo y necesario. Quizás podría hacer política y soltar la secretaría general para el grupo del alcalde Enrique Galindo Ceballos, pero no quiere, primero porque traen rota la comunicación y según la lideresa el presidente municipal le prometió cinco chambas de dirección para su camarilla y ahora se anda haciendo maje, no lo dudo -porque esa maña tiene- pero también sarita no debería andar enseñando el hambre. Como quiera si el maestro no quiere compartir, ya es por sistema, -es un pedo psicológico y no se puede resolver- y a ese tipo de gente, si no la tienes con manita de cochino, no se le puede obligar a nada. Además, si al partido blanquiazul los trae a pan y agua, y eso que les debe más de la mitad del triunfo, -dos veces- con menos ganas le va a soltar a Sara Rocha la dirección de asuntos sin importancia del ayuntamiento capitalino. La razón primera es que se dice que la dirigente del PRI tiene unos modos muy feos para pedir las cosas, -exige- y la segunda es que Galindo Ceballos ya está pensando en migrar a una casa nueva, ¿para qué andar gastando tanto en lo que no pudo ser?, al fin él ya fue. Sea pues Enrique Galindo Ceballos, propietario de la ciudad del Sí, cuida tus pasos, -a desnivel- arredra tus palabras, suspira y respira, que vienen días aciagos y falta una eternidad para el 27.

@gandhiantipatro

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