El Jueves Santo es un día sagrado dentro del calendario litúrgico cristiano que conmemora la Última Cena de Jesucristo con sus discípulos antes de su crucifixión. Este evento es de gran significado en la tradición cristiana, ya que durante la Última Cena, Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía y lavó los pies de sus discípulos como un acto de humildad y servicio. Esta celebración marca el comienzo del Triduo Pascual, que incluye el Viernes Santo y culmina en la celebración de la Resurrección de Cristo en la Vigilia Pascual.
El origen del Jueves Santo se remonta a los relatos bíblicos del Evangelio, particularmente a los relatos de la Última Cena encontrados en los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) y en el Evangelio de Juan. Según estos relatos, durante la cena, Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, instaurando así la Eucaristía, que es el sacramento central en la fe cristiana. También lavó los pies de sus discípulos como un acto de humildad y ejemplo de servicio cristiano.
A lo largo de la historia, el Jueves Santo ha sido celebrado de diversas maneras por diferentes tradiciones cristianas. Algunas denominaciones realizan servicios litúrgicos especiales donde se conmemora la Última Cena y se practica el lavatorio de pies, mientras que otras comunidades enfatizan más la institución de la Eucaristía. Además de los aspectos religiosos, el Jueves Santo también ha sido un día de prácticas piadosas y tradiciones populares en muchas culturas cristianas, como la visita a iglesias para la adoración del Santísimo Sacramento o la preparación de los alimentos para la celebración de la Pascua.
El Jueves Santo es una jornada de profunda reflexión y significado espiritual para millones de fieles en todo el mundo, que conmemoran los eventos centrales de la fe cristiana que culminan en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.