El 14 de julio, un recién nacido falleció luego de pasar 11 días en cuidados intensivos por daño cerebral causado por falta de oxígeno. Sus padres, Ximena y Humberto, acusan a tres hospitales en San Luis Potosí —Marcharbel, Hospital del Niño y la Mujer, y la Clínica No. 1 del IMSS— de negligencia en la atención médica.
El parto de Ximena ocurrió en el Hospital Marcharbel, donde, según relata, el médico responsable, Teódulo, no estuvo presente. En su lugar, otro ginecólogo le aplicó la maniobra de Kristeller, una técnica invasiva que acelera el parto presionando el abdomen, sin explicarle los riesgos ni obtener su consentimiento. A las 9:05 a.m., el bebé nació, pero no hubo un pediatra en el lugar para recibirlo. La pediatra encargada, identificada como Laura, llegó 15 minutos después, cuando ya intentaban reanimarlo.
Humberto denunció que, a pesar de haber pagado por estar presente durante el parto, se le impidió el acceso en todo momento. Ante la situación crítica del bebé, intentaron trasladarlo al Hospital del Niño y la Mujer, pero las doctoras Ingrid y Laura les negaron el acceso, indicando que debían acudir a una clínica del IMSS por ser derechohabientes.
Finalmente, el bebé fue trasladado a la Clínica No. 1 del IMSS, donde, según los padres, la subdirectora Irene les exigió 30 mil pesos en efectivo para aceptar al bebé, ya que provenía de un hospital privado. A pesar de los esfuerzos, el recién nacido falleció días después.
Los padres ahora buscan justicia, señalando una cadena de negligencias en los tres hospitales que, aseguran, contribuyeron a la muerte de su hijo.