Por: Martín Hernández Solano
Así es, James Bond regresa a México, pero ahora no como espía, sino como un hombre solitario que busca amor en los lugares más recónditos de la Ciudad de México, para llenar su vacío existencial de cariño, conociendo a un hombre que quizá lo haga escapar de este ciclo sin sentido de no conocer el amor verdadero. Ahora Luca Guadagnino (Challengers, Call Me by Your Name) trae a tierras charras la adaptación del libro homónimo de William S. Burroughs, que hace poco se estrenó en pantalla al público general, pero ¿vale la pena ir a verla? ¿Es tan extraña como dicen? Bueno, lo veremos en unos instantes.

Antes que nada, un poco de contexto sobre el universo de Queer, la novela escrita por el señor S. Burroughs. Escrita entre los años 1951 y 1953, en pleno auge de la Beat Generation, movimiento de un grupo de escritores de la década de los 50 en Estados Unidos que promovieron la libertad de expresión, la exploración espiritual y la rebelión contra las normas sociales establecidas. La novela fue publicada en el año 1985.
Mucho se habla del misticismo que rodea a la novela y a su escritor, quien, de por sí, ya controversial en su país natal, dio a conocer declaraciones sobre cómo fue que escribió la novela. La historia está inspirada en los años que el autor vivió en México, después de abandonar Estados Unidos debido a la fuerte adicción a los opioides en aquél país. Durante su estancia en el país, tuvo sueños tan reveladores como magníficos, que son bien representados en el filme. Quizá por eso el surrealismo tiene tanta influencia en su obra. Pero también hay otra historia un poco más turbia que le inspiró. Aquí mismo, mientras vivía en el país, jugaba con su esposa al famoso William Telling, que consiste en poner una manzana sobre la cabeza de alguien y disparar. Obviamente, el chiste es derribar la manzana, no al pobre tipo. William y su esposa estaban muy borrachos jugando, ella se puso una manzana en la cabeza y él le disparó, pero por desgracia le dio en la cabeza y murió al instante. Se dice que muy probablemente su hijo haya visto aquél asesinato. Años después, en un foreword de Queer, William dijo que probablemente odiaba tanto a su esposa en su subconsciente que quizá disparó a propósito para matarla. Así nació Queer.

Luca Guadagnino ya es un peso pesado en la industria, y sus películas han cosechado excelentes críticas, además de buenas ganancias. Queer es su trabajo más reciente. La película, actuada por Daniel Craig y Drew Starkey, brilla por su gran contemplación de la estética del surrealismo mexicano, y no me refiero solo a las cosas raras que pasan sin aparente sentido (que sí, así es en cierto modo), sino que cuando ves los decorados de los sets, inmediatamente te sumerges en la película. Las calles de México por las noches son laberínticas, casi irreales o imposibles; se siente como si tú y el personaje estuvieran atrapados en un sueño, o en un limbo donde todo es pesado y decadente, siempre de noche, sintiendo que buscas algo que no encuentras, increíblemente solitario. Lograr esa estética en una película, que te transmita tanto, me parece simplemente genial. Y si hay algo que quiero decir, visualmente la película es deslumbrante. Incluso en escenas donde el onirismo perdura más, siempre mantiene una belleza y encanto que solo genios como Dalí, Buñuel o Frida Kahlo pudieron crear en México.

Ahora, la película se desarrolla a un ritmo muy lento, pero creo que es necesario para la convención de la misma. No necesita momentos impactantes ni mucho ritmo para ser buena. Sí, hay escenas muy raras y ficticias, pero son más un añadido que un todo del filme, y eso está bien, es perfecto. La película es más profunda que solo un viaje de ácidos en México; habla del amor imposible, de la no aceptación, del anhelo por el cariño no correspondido, erótico y fugaz, que no se te dice tan directamente al principio. La película es muy sutil, no trata como idiota al espectador y eso se valora. Creo que está demás decir que Craig hace una actuación increíble y fenomenal, errática, como si siempre estuviera drogado, pateado por la cocaína, pero no, simplemente es un buen actor haciendo de un personaje inquieto que busca respuestas.
Entiendo que a muchos no les pueda gustar, sobre todo porque no se te dice mucho a la cara, además de su ritmo que es lentísimo, pero que te habla de una gran historia profunda y compleja, que se tiene que sentir más que entender. El onirismo y el surrealismo de las imágenes son puramente mexicanos y vivos, con escenas icónicas que muy difícilmente te vas a quitar de la cabeza. Con una fotografía impecable, que, junto a su apartado artístico, contribuye y es un elemento central de la historia, más que simples diálogos, que de esos tiene muchos muy buenos y profundos. Darle una oportunidad a Queer es difícil, pero cuando entras en su mundo, es simplemente atrapante e hipnotizante. Como dato añadido, lo que les comenté sobre la esposa y el disparo tiene una simbología presente en la novela de forma muy directa, casi al final. Solo para que lo tengan en cuenta, no daré spoilers, pero sí, vean esta joya que es magnífica.

PD: El simbolismo del infinito, de lo cíclico, también se puede explicar con los dos personajes principales y su interacción casi al final. Como les digo, no planeo contar toda la historia si no la han visto, pero esta es una clave que les puede ayudar a comprender su simbología. Está demás agradecer a mis amigos Miguel Estrada Barbosa y Mauricio Sánchez Cortéz, que me ayudaron con la investigación y a entender mucho de lo inentendible. Los quiero.