La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), destruyó más de una tonelada de clorhidrato de cocaína en el poblado de Xocomanatlán, Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, este jueves. El acto de incineración se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y supervisión del Órgano Interno de Control. En total, se eliminaron 1.211 kilos de la droga, asegurada previamente en operaciones contra el narcotráfico en la región. Esta acción representa un golpe significativo al crimen organizado en Guerrero, estado plagado por la violencia relacionada con el tráfico de estupefacientes. Autoridades federales destacaron el compromiso en la erradicación de sustancias ilícitas para proteger la salud pública.
La destrucción se realizó en presencia de peritos y representantes legales, asegurando el conteo, pesaje e identificación de la cocaína antes de su incineración. Xocomanatlán, un poblado rural en la capital guerrerense, fue elegido por su ubicación estratégica y facilidades logísticas para este tipo de operaciones. La droga incinerada provenía de decomisos en puertos y rutas de tráfico en el Pacífico mexicano, vinculados a cárteles locales. Este procedimiento cumple con protocolos internacionales para la disposición de narcóticos, evitando su recirculación en el mercado negro. La Sedena reiteró que estas acciones forman parte de una estrategia nacional contra el narcotráfico.
Guerrero ha sido epicentro de producción y tránsito de cocaína, con decomisos recientes superando las 20 toneladas en los últimos meses. La destrucción de esta tonelada se suma a esfuerzos previos, como la erradicación de sembradíos de hoja de coca en la entidad. Expertos estiman que el valor de la droga incinerada ronda los 200 millones de pesos en el mercado ilegal. Estas operaciones han intensificado la presión sobre grupos criminales, generando retaliaciones en forma de violencia local. El gobierno federal planea incrementar la vigilancia en zonas clave para prevenir nuevos brotes.
La incineración ha sido elogiada por organizaciones civiles como un paso hacia la reducción del poder económico del narco en México. Sin embargo, analistas advierten que sin estrategias integrales, como el desarrollo rural, la plaga del narcotráfico persistirá. La Sedena anunció que continuará con decomisos y destrucciones similares en coordinación con la FGR. Esta acción refuerza el compromiso del actual sexenio con la seguridad nacional y el combate al crimen organizado. Pobladores de Xocomanatlán esperan que estas medidas traigan paz a la región afectada.
