El estado enfrenta un panorama desolador por la falta de lluvias en unos de los episodios más críticos de su historia, puesto que la sequía está presente en los 58 municipios.
Pese a las severas condiciones en todo el territorio potosinos, el gobierno federal ha hecho caso omiso a la petición de la administración estatal para que decrete la emergencia por sequía extrema.
En diciembre del 2023, en la sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil, el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, emitió formalmente una solicitud de Declaratoria de Desastre Natural. Sin embargo, hasta hoy no hay resultado y, ante la proximidad de la época de estiaje, se prevén severos daños en las cuatro regiones.
De acuerdo con el monitor de la Comisión del Agua (Conagua) del 31 de enero, el estado registra -que va desde anormalmente seco hasta sequía excepcional- en 100% de su territorio, es decir, en los 58 municipios.
En anormalmente seco se encuentran cinco municipios; en sequía moderada están Charcas y Villa de Guadalupe, y en sequía severa se ubican seis localidades.
Lo que mantiene en alarma a las autoridades es que más de la mitad del estado se encuentra en una condición de sequía extrema a excepcional, pues 11 municipios se han decretado en el primer indicador y en el grado de mayor alerta, es decir, en sequía excepcional, están 34 municipios.
En tanto, el reporte más reciente de la Conagua sobre el almacenamiento de los principales embalse en San Luis Potosí, muestra que cinco de las ocho presas se encuentran con un porcentaje inferior al 10%, una de ellas, incluso, con menos del 1% de su capacidad.
La presa El Potosino está vacía, con apenas 0.9% de llenado, seguida de la Valentín Gama, que registra 2.2%; El Realito con 5.8%; El Peaje, 6.8%, y la Presa San José, 8.9%. Las únicas con niveles “superiores”, pese a que no llegan ni al 30%, son La Muñeca, 24%; La Lajilla 25.7% y la Cañada del Lobo, con el 27.9% de su capacidad.
