Donald Trump se convertirá en el primer presidente de Estados Unidos en asumir el cargo con antecedentes penales, tras ser sentenciado ayer en relación con el caso de la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels. La sentencia, de carácter simbólico, no incluye cárcel, multa ni libertad condicional, pero marca un hito en la historia política del país.
El juez Juan Merchán, del Tribunal de Distrito de Manhattan, determinó que no había bases legales para imponer una pena mayor sin interferir en el ejercicio presidencial. Trump fue declarado culpable en mayo por 34 cargos de falsificación contable, relacionados con el pago de $130,000 a Daniels antes de las elecciones de 2016, un monto registrado como gastos legales para ocultar una relación extramarital.
Trump calificó la condena como un ataque político y prometió apelar. Desde su residencia en Florida, el presidente electo asistió virtualmente a la audiencia, donde denunció una “caza de brujas” por parte de sus opositores. Horas después, reiteró en su plataforma Truth Social que el pueblo estadounidense había rechazado estas acusaciones al elegirlo nuevamente.
Aunque la sentencia no implica restricciones inmediatas, los delitos graves quedarán registrados en su historial, afectando ciertos derechos, como la posesión de armas de fuego. Sin embargo, Trump podrá votar en Florida, donde las leyes permiten recuperar este derecho tras cumplir una condena.
Mientras tanto, Trump y su equipo han diseñado un paquete de más de 100 decretos que se espera entren en vigor desde el primer día de su mandato. Estas medidas, enfocadas principalmente en la seguridad fronteriza e inmigración, fueron discutidas en una reunión privada con senadores republicanos y buscan retomar las políticas que marcaron su administración anterior.












