Este martes, millones de ciudadanos estadounidenses acuden a las urnas en una elección presidencial que enfrenta al expresidente republicano Donald Trump y a la demócrata Kamala Harris. Esta votación no solo decidirá quién ocupará la Casa Blanca, sino que también definirá la dirección política del país. Además de la presidencia, están en juego 13 gubernaturas, la renovación de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
En el sistema electoral de Estados Unidos, el presidente no es elegido directamente por el voto popular, sino a través de los 538 delegados del Colegio Electoral, donde se requieren al menos 270 votos para ganar.
Los resultados en los denominados “estados péndulo” —Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin, Arizona, Michigan, Georgia y Pensilvania— serán cruciales para determinar al próximo presidente. Actualmente, Harris tiene una ligera ventaja en Nevada, Carolina del Norte y Wisconsin, mientras que Trump lidera de manera ajustada en Arizona. En Pensilvania, ambos candidatos se encuentran empatados, lo que refleja un avance significativo de Trump en un estado donde Harris había mantenido una ventaja previa de cuatro puntos.
Se anticipa que el conteo de votos en Pensilvania, uno de los estados clave, no finalizará hasta la madrugada del 6 de noviembre, y debido a los distintos horarios de apertura y cierre de urnas en cada estado, los resultados podrían prolongarse.