El feminismo y la activa participación ciudadana, se han considerado pilares, para fundar las bases de las democracias modernas.
De esta forma, la concientización de la igualdad de género y el empoderamiento ciudadano se convierten en ejes rectores para la consolidación de las democracias modernas, paritarias, incluyentes y participativas.
La violencia política de género, generada por estereotipos que se reproducen en contra de las mujeres, todavía es un tema inacabado en la agenda pública. La cual se ha visto reproducida no solo en las arengas comunitarias; sino que, en los últimos tiempos con los adelantos tecnológicos y el uso de las tecnologías de la información, se ha reproducido en las plataformas digitales de comunicación y en las redes sociales “on-line”.
El “8 de Marzo” se conmemora el Día Internacional de la Mujer por el reconocimiento que hacen las Naciones Unidas a la lucha de las mujeres por la igualdad, los derechos y la participación de las mujeres en la sociedad.
La génesis de esta conmemoración se remonta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con el suceso del incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York en 1911, donde fallecieron 149 personas principalmente mujeres, a causa de las precarias condiciones laborales en las que trabajaban.
La memoria histórica nos obliga a recordar que la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos ha cobrado muchas vidas, a visibilizar las luchas y a reflexionar sobre los desafíos que aún persisten en equidad y empoderamiento femenino.
Ahora bien, en materia política el activismo de las mujeres ha sido también a base de luchas sociales y políticas.
El activismo político de las mujeres, a lo largo de la historia circunscriben desde la lucha por el derecho al voto, la igualdad de derechos y la participación en la sociedad.
Además, el movimiento feminista ha sido relevante para el desarrollo democrático e incluso ha reestructurado el lenguaje político, bajo la consigna de: “Lo que no se nombra, no existe” para visibilizar la participación y representación de las mujeres en la política.
8 de marzo: Un llamado a la acción por la igualdad de género en la política.
Cada año, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la lucha por la igualdad de género cobra protagonismo. Este año, centrémonos en la cuestión crítica de la violencia política contra las mujeres.
Un problema persistente.
Las mujeres que ingresan a la arena política enfrentan una dura realidad: violencia e intimidación. Esta violencia puede ser física, verbal o psicológica y puede ocurrir en línea y fuera de línea. Silencia las voces de las mujeres y las disuade de participar en la configuración del futuro.
Soluciones legislativas y sociales.
La lucha contra esta violencia requiere un enfoque múltiple.
Legislación más estricta: muchos países están promulgando leyes que abordan específicamente la violencia política contra las mujeres. Estas leyes definen el delito, establecen mecanismos de denuncia y describen sanciones para los perpetradores.
Cooperación internacional: Tratados como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) establecen estándares internacionales para promover la participación política de las mujeres.
Defensa ciudadana: Las organizaciones de base y los activistas desempeñan un papel crucial en la sensibilización, el apoyo a las víctimas y la promoción de cambios legislativos.
Políticas públicas y empoderamiento.
Los gobiernos también pueden desempeñar un papel proactivo implementando políticas públicas que empoderen políticamente a las mujeres.
Financiamiento y capacitación: Programas que brindan a las mujeres los recursos y habilidades necesarios para postularse para cargos públicos y ser líderes efectivas.
Educación: Programas de educación cívica que promueven la igualdad de género y alientan a las mujeres a participar en el proceso político.
El 8 de marzo es un día para actuar.
El Día Internacional de la Mujer es un momento para celebrar los logros de las mujeres y renovar el compromiso de lograr la igualdad de género. Este año, centrémonos en garantizar que todas las mujeres, independientemente de su origen, puedan participar en la configuración de un futuro más justo y equitativo, libre de violencia e intimidación.