Por: Rocío Morales
Forjador de una importante dinastía en el mundo del rejoneo, Gastón Santos dejó con su deceso un hueco dificil de llenar en ámbitos como el taurino, el cinematográfico y el ganadero.
Con noventa y dos años de edad, el nacido en el municipio huasteco de Tamuín un 12 de Julio de 1931, falleció dejando tras de sí logros importantes, sobre todo en el mundo del cine mexicano y en el de los toros, dado que logró salir triunfante en las mejores plazas de México, España y Portugal.
De la pasión por el rejoneo (misma que adquirió durante su estancia en Portugal, país en el que además aprendió todo lo que ejecutó y transmitió de tan elegante arte taurino), Don Gastón logró cimentar un legado que aún hoy continúa vigente gracias a su hijo Gastón y a su sobrino Rodrigo.
En el mundo de la cinematografía, el potosino hijo de Gonzalo N. Santos logró destacar como actor interpretando principalmente papeles de héroe de filmes del género western, en los que trabajó bajo el talento de directores como: Alfredo Ripstein, Fernando Méndez, Alberto Mariscal y Rafael Baledón, por mencionar solo algunos.
Como rejoneador el huasteco llegó a convertirse en la máxima figura del rejoneo de México y triunfar en todas las plazas de toros del mundo; hoy, -con su partida-, su arte, su estilo y su pasión se quedan sembradas en los hombros de su hijo, de su sobrino y de las futuras generaciones a quienes éstos lleguen a transmitirlos. Descanse en paz Don Gastón Santos Pué y vaya desde mi corazón un abrazo solidario para sus familiares.