En Reynosa, Tamaulipas, fue asesinado Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna, delegado de la FGR, luego de un ataque violento que involucró explosivo y disparos. El caso ha sido vinculado por autoridades a un decomiso reciente de 1.8 millones de litros de huachicol, lo que sugiere posible represalia del crimen organizado.
El 4 de agosto, alrededor de las 19:30 horas, Vázquez viajaba en una camioneta blindada cuando una granada fue lanzada hacia el vehículo, inmovilizándolo e iniciando fuego. Al descender herido, fue rematado por sujetos que llegaron en una camioneta sin placas.
La Fiscalía General informó que nueve días antes se había asegurado casi dos millones de litros de combustible robado durante un operativo en Reynosa. Existen indicios de que el crimen esté vinculado a esa acción.
La presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Américo Villarreal condenaron el homicidio y anunciaron colaboración inmediata entre instancias federales y estatales para esclarecer y avanzar en la investigación.
El caso subraya la peligrosidad en la frontera y el riesgo que enfrentan funcionarios al combatir redes delictivas vinculadas al robo de combustible.
La FGR no descarta otras líneas de investigación, pero el contexto sugiere una respuesta violenta a la ofensiva institucional contra el huachicol.
