La Comisión Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable al Gobierno de Estados Unidos por la ejecución extrajudicial de Anastasio Hernández Rojas, migrante originario de San Luis Potosí, asesinado en 2010 tras ser agredido por agentes fronterizos. Es la primera vez que la CIDH emite este tipo de fallo contra el país norteamericano.
El organismo exigió reabrir la investigación, señalando que las autoridades estadounidenses actuaron con parcialidad y negaron justicia a la familia. Hernández fue esposado, golpeado y electrocutado por al menos doce agentes mientras pedía ayuda, hecho que quedó registrado en video por testigos.
Aunque el forense clasificó el caso como homicidio, una investigación interna absolvió a los agentes. El caso se mantuvo vigente por la lucha de su familia y organizaciones civiles. Años después, el gobierno indemnizó a los hijos del migrante sin aceptar responsabilidad hasta ahora.
Este fallo abre la puerta a nuevos reclamos por violencia en operativos migratorios. Defensores de derechos humanos lo consideran un hito en la búsqueda de justicia y rendición de cuentas ante abusos cometidos por autoridades estadounidenses en la frontera.
