VILLA DE ARRIAGA. – Una inversión proyectada a una mejora sustancial en el futuro educativo para Villa de Arriaga, se ha tornado ahora en escaparate de corrupción y malversación de recursos públicos, según se desprende de lo informado por el profesor Salvador Martínez Mendoza, director de la “Escuela Primaria Mariano Escobedo”.
Cuestiona el destino de casi 600 mil pesos, los cuales estaban destinados a la mejora de las instalaciones educativas ha quedado envuelta en un manto de irregularidades bajo la supervisión de Rosaura Campos, exdirectora del programa gubernamental “La Escuela es Nuestra”.
En teoría, la asignación de recursos estaba destinada a renovaciones prioritarias, de las cuales hay una serie de decisiones cuestionables, además de la falta de transparencia, lo que ha arrojado dudas sobre el correcto uso de los fondos.
Se señala que Rosaura Campos, de manera unilateral y nada transparente, eligió a los arquitectos encargados y demandó el control total sobre la cuenta bancaria del proyecto.
De ese manejo ha resultado en una notoria diferencia entre los fondos asignados y las mejoras ejecutadas, con una inversión real estimada en apenas 250 mil pesos, de los 600 mil asignados.
Lo más evidente y cuestionable de fue la construcción de un muro perimetral, con un costo asignado de 150 mil pesos, pero cuyo valor real, estimado por gente conocedora, apenas en unos 40 mil pesos.
Otro punto es lo referente a las mejoras en los baños, que supuestamente consumieron casi la totalidad del presupuesto, también han sido puestas en duda, con estimaciones que no superan los 200 mil pesos, a pesar de alegar una renovación completa.
Pero, además, la falta de documentación formal, como recibos detallados o informes sobre la aplicación de los fondos, ha exacerbado la situación, dejando a la comunidad educativa sin respuestas claras sobre dónde y cómo se han utilizado sus recursos.
Así las cosas, las investigaciones preliminares sugieren que la malversación podría extenderse a otras escuelas beneficiadas por el programa en Villa de Arriaga, indicando un problema sistémico que va más allá de un caso aislado.
Este escándalo ha generado indignación entre padres, madres y personal docente, quienes pidieron la intervención urgente del Gobernador y otras autoridades educativas para rectificar la situación.
La comunidad teme que, sin una acción decisiva, los recursos destinados a enriquecer el entorno educativo de sus hijos continúen siendo desviados o malgastados, comprometiendo no solo la infraestructura física sino también la calidad y el acceso a una educación adecuada.
El profesor Martínez Mendoza destaca la importancia de que los recursos sean administrados directamente por la comunidad escolar, en línea con los principios del presidente y el programa “La Escuela es Nuestra”.
Pero, la figura de Rosaura Campos, quien aspira a un cargo político mayor en Villa de Arriaga, y las preocupaciones sobre la continuidad de estas prácticas bajo la nueva dirección del programa, plantean serias dudas sobre la voluntad y capacidad del sistema para autocorregirse y garantizar la transparencia y eficacia en el uso de los fondos públicos.
Ante esta situación se requiere sea ordenada una investigación puntual y la implementación de medidas correctivas para restaurar la confianza en la gestión educativa local.
