Febrero loco y marzo otro poco, así reza el refrán, los tiempos políticos están en un “impasse” que ya no se sabe si uno si van a para delante o si mejor nos regresamos todos. Terrible la decepción de Sonia Mendoza cuando le dijeron que, aunque ya era la candidata de los verdes, pero no todavía de la coalición. Que manda decir Mario Delgado que siglado no implica la facultad para designar y que todavía falta un careo con los aspirantes registrados por Morena. Antonio Lorca Valle y Leonel Serrato Sánchez aguardan un escrutinio final; o una encuesta; o por lo menos una reunión donde se les dé una explicación. Se sabe que sobre Leonel Serrato pesa un veto por su lengua incontrolable y viperina. Antonio Lorca está en el punto medio entre la vorágine de ambiciones que se ha desatado al interior de Morena y la lucha despiadada por las migajas que dejó la negociación con los verdes.
Sonia Mendoza está poco menos que emperrada, y no es para menos, se gastó una pequeña fortuna en derrotar a Gilberto Villafuerte en un proceso interno, sin reglas, sin árbitro, sin límites. El tipo no traía nada, pero con el apoyo de Ricardo Gallardo Juárez (padre del gobernador y ex alcalde de la capital) las cosas se pusieron raras, y después del fallo en favor de Mendoza Díaz, peor. Igual y el gobernador no va permitir que su candidata se enrede en una dura negociación con su progenitor. Pero bueno, después del cierre de campaña que le hicieron a Gilberto Villafuerte en las instalaciones de la FENAPO casi que se sentía gobernador. Fácil le costó un millón y medio de pesos, entre acarreados de Soledad de Graciano Sánchez, la comida, el transporte, las dádivas y los gastos. Se notó la mano del “papá pollo”. Nadie tenía duda de quién era el candidato más fuerte.
Las estructuras gallardistas se movieron en contra de la advenediza que pretendía montarse en la cresta de la ola. Lo que aparentaba ser una mini elección simulada se convirtió en una guerra encarnizada y el gobernador sin inmutarse. Si así lo planeó para sacudirse la presión del padre y sus operadores políticos, mis respetos, hasta el hecho que haya sido la dirigencia nacional del partido verde quien hizo el anuncio lo exenta de cualquier intervención en favor de Mendoza Díaz. Que nadie se traga esa historia, -por cierto- ¿cuándo ha tenido el gobernador empacho en intervenir en favor en la vida interna de cualquier partido? con más ganas en el propio partido verde. A Sonia Mendoza le urge una foto con Gilberto Villafuerte, Antonio Lorca y Leonel Serrato, y comenzar a compartir estructuras, cerrar filas, sacar la libreta de compromisos y firmar con sangre cada promesa. En la política no hay nada peor que un político que no cumple su palabra, a esos se les pudre el obrador.
En la casa del frente las cosas no están mejor, y aunque Enrique Galindo Ceballos si fue a las oficinas centrales de su partido a pedir su convocatoria a modo, como que los panistas locales lo tomaron como una vulgar grosería, típico agandalle priísta. Primero la convocatoria traía un candado para evitar la participación de los aspirantes panistas, ya después se abrieron los candados, pero en condiciones adversas, ni David Azuara Zúñiga, ni Rubén Guajardo se animaron a registrarse, cualquiera con tres dedos de frente y un hermano poderoso sabe que eso sería tiempo perdido. David Azuara ya es candidato a diputado federal, según que hasta Marko Cortés le rogó que fuera candidato, pero la neta le ha de haber dolido en el alma a Xavier Azuara bajar de la candidatura por el V distrito federal a José Antonio Zapata Meraz para que su hermano haga sus pininos. Por eso dicen que “en tiempos de crisis no se hacen experimentos, no vaya siendo que David Azuara pierda el único distrito panista del estado.
A Enrique Galindo le urgen un par de operadores políticos, de esos al estilo del viejo PRI, su corte se reduce a una docena de “macacos cilindreros” de la época de Juan Manuel Carreras; un par de emisarios del pasado que jugaron a las canicas con Horacio Sánchez Unzueta y varios huastecos de la marca “caemebien” que donde los pongas, hasta las macetas se secan. El vato se despierta temprano, y anda persiguiendo el viento hasta que cae la noche y más tarde, pero… no hay una guerra en el mundo que se gane sin planeación. Otra cosa que es certera es: no se puede hacer un “cuarto de guerra” con subordinados, posoye. Lo único que va escuchar es: si jefe; maravilloso jefe; ¡Qué buena idea maestro! A Enrique Galindo le urge una foto con Rubén Guajardo, David’s Azuara y toda la corte panista levantando la mano del candidato de la alianza “corazón y esperanza” -o como se llame la madre esa.
Tal parece que a los morenos y verdes les apetece boicotear a su virtual candidata. Tal parece que a los panistas les divierte hacer padecer al candidato de la coalición. No vaya siendo que se les atraviese un caballo negro como el Toño Lorca, así nomás como pateando un bote. Tanto al gobernador como a los morenos lo único que se les ofrece ahorita es un personaje que mantenga los equilibrios y ahogue los ánimos exacerbados. Flaco favor le hace Leonel Serrato a Gabino Morales con su estilo belicoso, lebrón y camandulero. Algún día esa lengua educada le dio para obtener de un gobernador una notaría pública, hoy con su estilo pedante de merolico no le ajusta ni para una regiduría, quien diría.
@gandhiantipatro