Ciudad Maderas

El Manitas

Tiralevitas. Lacayo, pelota y lameculos. Sujeto siempre dispuesto a dar coba a quien considera superior a él, en la esperanza de lograr un beneficio o trato de favor, sin importarle el daño que pueda acarrear a terceros, generalmente sus compañeros de trabajo o colegas. Pancracio Celdrán Gomáriz. Inventario General de Insultos.

San Luis Capital

Si usted, amable lector, desea considerarse un fanático del libre albedrío, -al igual que su servidor- coincidirá con las demás almas libres -que aún existen en México- en maldecir el infortunio de que millones de idiotas tengan el poder de votar y legitimar el deleznable capricho de un dictadorzuelo a cambio de un plato de migajas. La elección del poder judicial federal y sus efectos en los estados apenas comienzan a hacer estragos, incluso, antes de instalarse y rendir protesta los nuevos integrantes de semejante bodrio. Es verdad, -como ya lo he reconocido con anterioridad- que el poder judicial es un cuerpo de élite al servicio de la clase política en turno y la oligarquía del país, pero de ahí, a estar satisfecho porque un reducido porcentaje de votantes abducidos por los partidos políticos eligieron a ciegas y con algo tan vergonzoso como un “acordeón”, sería estúpido, además de un insulto a la inteligencia es el principio de la ignominia. Por si aún no sospecha usted el motivo de mi indignación seré más preciso, en el proceso judicial recién concluido resultaron electos quince magistrados para integrar el supremo tribunal de justicia del estado, ocho mujeres y siete hombres respetables que han pasado su vida al servicio del estado, ya sea porque eligieron la carrera judicial o porque han pernoctado el dulce sueño de la comodidad en la burocracia. No significa que yo esté pensando que su formación es servil y su educación mediocre, solo creo que la gente en el servicio público se vuelve doméstica, y por lo tanto, muy respetuosos de la cadena de mando, hacen lo que se les dice, no tienen una opinión, porque solo replican lo que escuchan de sus jefes. Yo preferiría dejar la iglesia en manos de Lutero antes que nombrar como administrador de la justicia a un vulgar burócrata. O a su hermana.

Esta semana nos enteramos con estupor que cuatro de los magistrados recién electos en San Luis Potosí, no cuentan con el promedio establecido en la constitución general de la república como requisito indispensable para aspirar a ser juez o magistrado, y tuvimos conocimiento de la farsa gracias a una suerte de filtración que algún malicioso oportunista aprovechó para hacer todavía más miserable la existencia de los falsarios. José Luis Ruiz Contreras, Ángel Gonzalo Santiago Hernández, Mónica Kemp Zamudio y Arturo Morales Silva no cuentan con el famoso promedio de ocho, alguna ocasión -cuando todo esto comenzó- nos burlamos de que tendríamos jueces y magistrados que fueron estudiantes deficientes porque la vara estaba muy baja, hasta un perro con patita chueca podría salvar ese escollo, pero no, resulta terrible venir a descubrir que en este país, la mayoría de nuestros servidores públicos están a un paso de ser inimputables. Solo uno de los magistrados impugnados salió avante, Juan David Ramos Ruiz, alias “el manitas”, famoso por su propensión a utilizar sacos de una talla mayor y por ello siempre oculta sus puños, fuentes cercanas al poder judicial advierten que la razón de tan curioso fetiche es que se está dejando crecer las uñas -habrase visto semejante acto de audacia. Siempre se ha dicho que para ser abogado en San Luis Potosí bastaba con inscribirse en la facultad de derecho y no morirse, Davidcito “el manitas” es la mejor muestra de que no necesariamente tienes que llegar a la meta primero, también se puede ascender después, pero bien, con paciencia, prudencia y perseverancia se llega al final. Ahora bien, hay algo importante que usted que me lee debe saber, solo conocemos los promedios de estos magistrados porque fueron a los únicos que se impugnó, si de cinco señalados cuatro salieron mal, ¿cómo estarán los otros diez que faltan? La mayor parte de los potosinos no alcanzan a comprender la gravedad de los sucesos de esta semana.

En los Estados Unidos de Norteamérica uno de los delitos más graves que se pueden cometer es el perjurio, -mentir pues- la apostasía de un funcionario es mucho más grave cuando se hace ante un jurado. ¿Qué clase de maldición gitana es esta? ¿Qué hicimos para merecer semejante retahíla de estafadores? Los potosinos deberíamos saber cuántos más de los magistrados electos y los casi noventa jueces no reúnen el requisito indispensable de haber sido un estudiante regular, ya no buscamos la excelencia, exigimos la medianía intelectual, a eso hemos llegado. También debemos preguntarnos: ¿cómo sucedió esto? ¿No se suponía que para eso la convocatoria establecía que se constituyeron los comités de evaluación? Para revisar que los aspirantes fueran elegibles conforme los requisitos que establecía la convocatoria. Le recuerdo a todos que hubo un comité de evaluación por cada uno de los poderes, y que aparentemente examinaron a conciencia la documentación presentada por los solicitantes, curiosamente bastó una carta firmada “bajo protesta de decir verdad” para creer en la buena fe de los magistrados electos de marras. Posteriormente el consejo estatal electoral y de participación ciudadana optó por no pronunciarse sobre la elegibilidad de los candidatos con mayor votación bajo el argumento falaz de que ya los comités de evaluación de cada poder habían hecho esa labor y pues, hacerlo de nuevo sería como poner en duda el trabajo de los honorables integrantes de los comités que para estas fechas ya estaban extintos, como que nadie pensó que su labor decorativa fuera ser necesaria después de la jornada electoral. Esa película ya la vi, se llama ¿dónde quedó la bolita? ¿Y saben qué?… no me gustó el final.

Yo me imagino que al encargado de organizar esta mala puesta en escena hubo algo que no tomó en consideración, la muy remota posibilidad de que después de cuatro años al senado de la república le diera por fin ganas de elegir los magistrados de los tribunales electorales de los estados y quiso el destino que en San Luis Potosí se renovaron dos de tres magistraturas, vacantes que estaban siendo ocupadas por suplentes que trabajan en el mismo tribunal y que actuaban bajo consigna de la única titular vigente, Denisse Porras, ex consejera electoral y vinculada directamente con el consejero del instituto nacional electoral (INE) Martín Faz Mora. Los dos, Martín y Denisse operan como mercenarios a favor del partido verde. De no existir las actuales circunstancias, difícilmente todas estas irregularidades siquiera se sabrían, ahora existe la posibilidad de que a pesar de haber avasallado a todas las fuerzas políticas electorales en el estado, el gobernador pueda perder cuatro -por lo menos- de sus quince lacayos, entre ellos su preferiti, José Luis Ruin. Es imposible negar que en cuanto se supo la noticia hubo gran cantidad de personas festejando -bailaban cátala cual grupo de famas humillando a cronopios. Habrá que ver que resuelve el tribunal electoral del estado, seguramente ya deben estar sufriendo el bombardeo de ofertas o amenazas, por lo menos esos dos nuevos magistrados que deberán decidir en consecuencia y con premura, y es que los agraviados deberán recurrir a la segunda sala del tribunal electoral del poder judicial de la federación (STPJF) con sede en Monterrey, Nuevo León y si es necesario, hasta la sala superior llegarán las canastillas de chocolates Costanzo como obsequio corruptor y las cajas con queso de tuna y enchiladas listas para freír. Ojalá y mejor que ya no se tarde en caer el meteorito.

P.D. Dice el alcalde de Ciudad Valles David Medina que se necesitan ocho mil millones de pesos y 47 años -según sus cálculos- para transformar el municipio, seguramente los habitantes de ese lugar que votaron por la reelección de este pelmazo deben sentirse muy estúpidos y avergonzados, ya no se quejen, disfruten los dos años de pretextos que les quedan.

@gandhiantipatro

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