Ciudad Maderas

El Rapacejo

San Luis Capital

Por: El Primo Feliciano

Circula en redes sociales un señalamiento que, más allá del ruido habitual, parece tener más de verdad que de rumor: Isis Díaz gobierna Santa María del Río como si fuera un patrimonio familiar. La palabra “nepote” se repite con insistencia, y los hechos recientes no hacen más que confirmarlo.

El más reciente episodio es el nombramiento de Areli Vega Díaz, sobrina de la alcaldesa y prima de Osiris, como directora de la Instancia de la Mujer. Un cargo que, en teoría, requiere conocimientos jurídicos y sensibilidad social, pero que terminó en manos de una diseñadora gráfica cuyo principal mérito parece ser su apellido. Lo que debía ser un espacio clave para defender derechos y acompañar a víctimas de violencia, se convierte en otro capítulo del reparto de favores.

La historia de Areli es ilustrativa: comenzó en Comunicación Social, pero un conflicto interno la dejó fuera. Se despidió con un video cargado de “dignidad”, borrado hoy de sus redes, quizá porque la dignidad es incompatible con cobrar un sueldazo como directora en un área para la que no está capacitada. ¿Su objetivo real? La silla que dejó vacía Britsel, porque en la política doméstica de Santa María del Río, siempre hay una segunda oportunidad… si se tiene la sangre correcta.

El caso no es aislado. La Presidencia Municipal se ha convertido en oficina de empleo para la familia Díaz. El esposo de la alcaldesa cobra doble sueldo, familiares aparecen en nómina como si el ayuntamiento fuese herencia, y su hijo ya ensaya un futuro político con miras a 2027, aunque Morena —su partido— haya advertido públicamente que no habrá herencia de cargos. Lo que no consiguen con legitimidad, intentan conseguirlo con apellido.

La contradicción ideológica raya en lo grotesco. Repiten los mantras de López Obrador, juran lealtad a los principios de Morena, pero gobiernan con el estilo más rancio del Partido Verde, aunque he hecho no existen vínculos con ellos, pero como se gobierna pareciera que sí, que les copian el estilo: nepotismo, montajes y simulación. Recordemos aquella campaña en la que armaron un escándalo acusando a un policía de agredir al esposo de la alcaldesa. Al llegar al poder, el mismo uniformado estaba ya en la nómina municipal. ¿Perdón exprés, o puro teatro barato?

Lo peor es la improvisación disfrazada de gestión. La primera acción de Areli en la Instancia de la Mujer fue anunciar la “Feria de Mujeres Emprendedoras”, un evento que ya existía bajo el Centro para el Desarrollo de las Mujeres. A ese centro lo desmantelaron porque trabajaba más que ellos, y hoy lo que hacen es piratear el trabajo del Gobierno del Estado mientras critican a la misma administración estatal.

La realidad es clara: Santa María del Río se gobierna como hacienda familiar, con cargos repartidos entre parientes, espectáculos de utilería y una preocupante falta de profesionalismo. El nepotismo, que se suponía enterrado en la política moderna, aquí se pasea con descaro, con nombre y apellido.

Al final, el eslogan que debería resumir esta administración no es “traemos la magia”, como gustan repetir, sino uno más honesto: “¡Qué bonita familia!”. Ya repusieron algunos focos que hacían falta en el puente de la calle Primo Feliciano Velázquez, ahora solo falta que se pongan a tapar los baches que hay en el mismo, los que quedaron aún más hondos tras las recientes lluvias. Ya casi un año que lleva la actual administración municipal, al parecer, no acaban de ponerse las pilas, se le ha pasado el tiempo como a los músicos de rancho, en afinar la tambora y los platillos se les acaba el tiempo. Bueno, pues nuestro principal enemigo nos alcanzó, Se acabó el espacio para comentarios, nos leemos la semana próxima.

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