Ciudad Maderas

El Rapacejo

San Luis Capital

Por: El Primo Feliciano

En Santa María del Río la política municipal parece haber reducido su horizonte a un par de calles pavimentadas, unos cuantos focos instalados en comunidades y, más recientemente, al aplanado de una cancha deportiva con maquinaria pesada. Todo ello aderezado con la retórica de que “la magia viene en camino”, una frase que se repite con insistencia pero que, en los hechos, no se traduce en soluciones reales para la ciudadanía.

El problema central, el que carcome día a día la vida de los habitantes de este municipio, es el mismo desde hace años: la falta de agua. No se trata de un tema menor ni de una exageración mediática. El agua es el insumo básico para cualquier comunidad, y su ausencia condiciona la vida familiar, la salud, la higiene, la economía y hasta el ánimo colectivo. Sin embargo, la administración municipal ha preferido maquillar la situación con paliativos que en el fondo resultan casi insultantes.

Un ejemplo claro son los 300 tinacos entregados recientemente. Un gesto que en papel podría parecer positivo, pero que en la práctica deja más preguntas que respuestas: ¿de qué sirve un tinaco si no hay agua para llenarlo? ¿Cuál es el sentido de almacenar lo que no existe? El gesto termina convirtiéndose en una burla, una especie de metáfora cruel de la política local: ofrecer la ilusión de solución sin atender el problema de raíz. Lo peor es que esos tinacos ni siquiera llegaron a todos los ciudadanos. De acuerdo con múltiples versiones, la entrega benefició de manera selectiva, privilegiando a simpatizantes y militantes de Morena. La política del recurso público como herramienta de clientelismo no es nueva, pero cada vez resulta más desgastante en un municipio donde la gente exige acciones concretas, no dádivas disfrazadas de apoyo. Mientras tanto, el resto de las obras son superficiales, pensadas más para la foto que para la transformación real del entorno. La pavimentación de dos calles, los viajes a comunidades para “llevar focos” o la colocación de postes aislados como anuncio de una ampliación eléctrica no pueden presentarse como logros de gobierno, al menos no cuando los problemas de fondo permanecen intactos. Son paliativos que funcionan para redes sociales, pero no para resolver las carencias más urgentes. En este panorama, la llamada “magia” que se prometió durante la campaña se vuelve un recurso retórico vacío. La gente empieza a preguntarse si esa magia alguna vez existió o si simplemente fue un eslogan más, de esos que en campaña suenan inspiradores, pero que en el gobierno se convierten en excusas para justificar la inacción.

El municipio no necesita magia. Necesita gestión seria, planeación y resultados tangibles. La crisis del agua no puede seguirse pateando hacia adelante bajo la esperanza de que “llegue el apoyo federal”. Es cierto que la infraestructura hidráulica rebasa la capacidad financiera de un ayuntamiento pequeño, pero al menos se esperaría una estrategia clara, gestiones públicas y constantes, presión política hacia instancias estatales y federales. Lo que se percibe, en cambio, es una administración que se limita a esperar, sin levantar demasiado la voz, como si el problema no urgiera. La política local no debería reducirse a gestos simbólicos ni a favores clientelares. La cancha deportiva aplanada con maquinaria pesada será útil para los jóvenes de la comunidad, sí, pero ¿acaso el deporte saciará la sed de las familias? ¿Acaso el poste recién colocado iluminará más que la indignación por abrir la llave y no encontrar ni una gota de agua?

En Santa María del Río, la realidad es dura y simple: sin agua, no hay desarrollo posible. Y mientras la administración se empeña en distraer con pequeñas obras, los ciudadanos ven cómo el rezago crece y las promesas se evaporan. Nos leemos la semana próxima.

spot_img
La Playita Restaurante

Deja un comentario

Ciudad Maderas
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
Abogados y Asociados SLP
Gobierno Estatal SLP