Es curioso lo que ocurre en este municipio, primero se dieron todas las facilidades, hasta se sabe se hizo el cobro correspondiente por permitir se realizara en días pasados, concretamente el día anterior a que se regresara al semáforo rojo, por la pandemia, las carreras de caballos, donde hubo numerosa asistencia, la mayoría sin siquiera traer cubrebocas, mucho menos guardar la sana distancia.
Como si el haber estado por dos semanas en semáforo naranja hubiese sido que el COVID19 había dado una tregua, así, se trató de aprovechar eso que creyeron era una oportunidad. Las consecuencias no se hicieron esperar. Santa María del Río tiene ahora más de un centenar de casos positivos de dicha enfermedad y suma al menos una decena de fallecimientos.
Y ahora las autoridades locales no encuentran esa varita mágica que solo en cuentos de hadas madrinas existe, para acabar con el virus, los contagios siguen y nada parece poder detenerlo, ahora hasta sanitizan las plazas y calles de la mancha urbana, cuando la ola de contagios parece ser imparable. Pero antes pareció no importarles, porque de haber sido así, habrían actuado con responsabilidad.
Lo que ahora hacen, ya no cuenta, no es posible que se haya actuado con tal grado de irresponsabilidad y ahora con hacer llamados a la población para que se quede en sus casas, use el cubrebocas cuando salga, no se va a parar la pandemia, pero ahora hasta partidos políticos, como el PRI, aprovechan para salir a la calle hacer propaganda barata; regalar cubrebocas con sus siglas. El presidente, Israel Reyna Rosas, está enfocado en dejar sucesor o sucesora en la Presidencia y asegurar su futuro político con una diputación, pero en el que fuera el partido aplanadora, relegado ya en este municipio a una minoría ya no confían que el actual alcalde les garantice conservar la alcaldía, mucho menos una diputación.