La Sierra de San Miguelito enfrenta nuevamente una temporada crítica de riesgo de incendios forestales, especialmente a partir de febrero y marzo, debido a condiciones climáticas adversas y a la falta de estrategias preventivas adecuadas.
Carlos Covarrubias Rendón, activista de los Guardianes de la Sierra, destacó que, a pesar de los incendios devastadores de años pasados, las autoridades no han implementado acciones preventivas significativas. El activista recordó el incendio ocurrido hace nueve meses, que destruyó 100 hectáreas, de las cuales entre 10 y 15 sufrieron pérdida total. Aunque se ha iniciado la regeneración natural en algunas zonas, el impacto ambiental sigue siendo evidente.
““La regeneración está ocurriendo en ciertas áreas, pero el daño es reciente y significativo. Solo el tiempo podrá determinar cuánto tardará la recuperación total”, señaló Covarrubias.
La temporada de incendios alcanza su punto máximo en abril, impulsada por factores como el clima seco, el inicio de la primavera y la actividad humana. Sin embargo, Covarrubias denunció que las autoridades no actúan de manera preventiva.
“Hemos insistido en que los trabajos de monitoreo, prevención y concientización deben comenzar desde enero o febrero. Sin embargo, no se implementan acciones concretas hasta que el problema ya está fuera de control”, afirmó.
El activista recordó el incendio de 2019, que arrasó con más de 12 mil hectáreas, como un ejemplo de las consecuencias de la inacción. Además, denunció la falta de recursos y coordinación efectiva, lo que obliga a la población a cubrir las carencias del gobierno en situaciones de emergencia.
Covarrubias expresó preocupación por zonas específicas como San Juan de Guadalupe y Escalerillas, donde el control de fraccionadores limita las labores de monitoreo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). También señaló que obras como la vía alterna generan mayor tránsito, incrementando los riesgos de incendios.
““La presencia de fraccionadores y la falta de acceso para la CONANP incrementan el riesgo de incendios. Además, la construcción de obras como la vida alterna genera más movilidad y tránsito, lo que eleva la vulnerabilidad de la zona”, indicó.
El activista pidió a las autoridades implementar estrategias de prevención basadas en evidencia científica, asignar recursos permanentes y fortalecer las brigadas de monitoreo y respuesta. Además, anunció reuniones con la CONANP y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) para discutir soluciones.
““La Sierra de San Miguelito es un ecosistema invaluable que debemos proteger. Es necesario que los gobiernos locales tomen en serio su responsabilidad y trabajen junto a las comunidades y los expertos para evitar tragedias como las que hemos vivido en años anteriores”, concluyó Covarrubias.