SANTA MARÍA DEL RÍO, S. L. P. – Luego del anuncio que a partir del miércoles 1 de los corrientes se autorizaba la reapertura de negocios no esenciales, aunque con determinadas restricciones en su funcionamiento, se espera se presente un “rebote” de contagios por COVID-19. El alcalde Israel Reyna pone en riesgo la salud de los habitantes al autorizar la actividad comercial generalizada, así sea con algunas medidas restrictivas.
Igual sucedió en semanas pasadas, cuando durante un tiempo se mantuvo contenida la pandemia, al mantenerse la observancia que las autoridades estatales y federales habían dictado, pero luego se dio autorización de abrir algunos establecimientos y se dispararon los contagios y se presentaron las primeras muertes.
La llamada “nueva normalidad” conlleva el ajustarse a estrictos protocolos sanitarios, es entendible que se quiera reactivar la economía local, pero igual está el resto, no solo del municipio, sino del estado y del país, por no decir que el mundo. La mayoría de las economías en el mundo están colapsadas y un municipio no puede ser la excepción.
Se mantuvo el municipio durante 17 días sin que se diera ningún caso positivo de COVID-19, pero luego que se tomara la determinación de permitir la reapertura de algunos negocios, sin ajustarse a las medidas sanitarias dictadas por el sector salud, se dispararon los contagios.
El filtro y las estrictas medidas de no permitir el ingreso de personas foráneas al municipio, no funcionaron, solo causaron problemas, pues no pararon los casos positivos de COVID-19. Las decisiones tomadas por las autoridades municipales han sido bastante criticadas, pues todo parece indicar han sido tomadas a la ligera, sin tener ningún sustento, solo con la frase bonita de “Santa María, Municipio de la Esperanza”, aunque la realidad actual es muy distinta.