El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, anunció este martes el término de la “guerra de 12 días” con Israel, tras la implementación de un alto al fuego gestionado por el expresidente estadounidense Donald Trump. En un comunicado emitido por medios estatales, Pezeshkian calificó el acuerdo como una “derrota” histórica para el régimen sionista, cuyo avance sobre instalaciones nucleares y la estabilidad social iraní quedó completamente frustrado.
El cese de hostilidades, anunciado alrededor de las 07:00 en Israel y 07:30 en Irán, fue confirmado por las partes involucradas, aunque surgieron acusaciones mutuas de violaciones tempranas a la tregua. Trump declaró que el acuerdo representaba una “pausa significativa” en la conflagración, pero luego advirtió que tanto Irán como Israel habían violado los términos del alto el fuego.
El conflicto estalló el 13 de junio, cuando Israel atacó instalaciones nucleares en Irán con apoyo directo de Estados Unidos. Luego, Irán respondió con misiles balísticos y enjambres de drones dirigidos a blancos militares y civiles israelíes, incluyendo un hospital en Beersheba. Las autoridades iraníes reportaron al menos 610 muertos y más de 4 700 heridos, mientras que en Israel se confirmaron 28 víctimas, según cifras oficiales.
Pezeshkian reforzó la narrativa victoriosa al asegurar que Israel no logró sus objetivos —detener el avance nuclear iraní ni provocar inestabilidad interna— y advirtió que Irán está preparado para responder si se reanudan las agresiones. Mientras tanto, el primer ministro Benjamín Netanyahu declaró que se trataba de una victoria estratégica para Israel, aunque su gobierno evitó hablar de “fin de la guerra”, calificando el avance como “un capítulo significativo”, dejando abierta la posibilidad de nuevas operaciones.
La tregua ha sido valorada como el resultado de un giro diplomático impulsado por Trump, con apoyo de Qatar, y generó alivio inmediato en los mercados: las acciones subieron y los precios del petróleo cayeron. No obstante, expertos advierten que el alto el fuego es frágil y podría romperse, ya que no se ha logrado una solución política duradera y persiste la tensión regional.
