¡Si yo fuera presidenta!, el musical. La caravana Xóchitl Gálvez llegó a la ciudad, al más puro viejo estilo priista, el mitin en plaza del Carmen para recibir a la candidata presidencial del frente opositor a la cuarta transformación. Evento “medianón” que puso a prueba la capacidad de organización de los operadores del alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, su falta de experiencia y tacto derivó en un auditorio frío y sin ánimo. A nadie le gusta que lo lleven a huevo a misa, mucho menos a escuchar la reverberancia de un discurso anquilosado y populista. No me malinterpreten, el discurso de la cuarta transformación no es menos peor, solo digo que la gente ya se sabe de memoria toda esa palabrería barata de los políticos mexicanos. Hace falta renovar nuestro catálogo de chistes, mentiras, pretextos e hipérboles.
El evento acrecentó las divisiones internas que hay en la oposición y que amenazan las expectativas personales y de grupo. Ni Enrique Galindo es líder del priismo potosino y tampoco Xavier Azuara lo es del panismo, los dos ahora batallan con las jefas de cada partido y al parecer no aceptarán un papel secundario en la gran fiesta electoral del 2024. Podrán llamarle ingratitud a la sorpresiva conducta reciente de Verónica Rodríguez, pero igual Xavier Azuara alguna vez tuvo que pasar por encima de Eugenio Govea quien fuera presidente del PAN en la entidad y su mentor cuando recién ingresó a la vida política adulta después de pasar por la política universitaria como presidente de la federación universitaria potosina. Xavier Azuara conforme aprendió las malas artes de la política potosina usó y dejó en el camino a políticos experimentados como Marco Gama, Alejandro Zapata, Sonia Mendoza y hasta el exgobernador Marcelo de los Santos quien le diera su primera chamba de importancia.
San Luis Potosí es un estado importante para la campaña presidencial de Xóchitl, los panistas son fieles y tienen un voto duro importante del que se han valido los que llegan a la dirigencia del partido -si es que aprenden administrar las derrotas. Hasta Josefina Vázquez Mota en la peor campaña presidencial de la historia ganó en la entidad. Aunque también hay que decirlo, los políticos panistas de hace una década eran más comprometidos y menos cobardes que los de ahora, tal parece que hoy se disputan el derecho a recoger las migajas que escurren del plato de otros. Las cosas no están muy claras, pero por lo pronto a Verónica Rodríguez se le viene la noche, ahora sin el lastre de su “azuarismo” tiene la oportunidad de afianzar su liderazgo y consolidar un grupo político propio con viejos y jóvenes activos del panismo. Si se equivoca, le espera la ignominia, si acierta, construirá su imperio sobre las cenizas de los que fueron sus amigos, socios y cómplices por más de una década.
Y como si algo faltase en este drama de vecindad, el PRI, el revolucionario institucional, el otrora poderoso partido de las mayorías, el del carro completo, el mismo que ahora es una caricatura de lo que alguna vez fue. Lucha por sobrevivir y conservar algunas canonjías de las que antes despilfarraba. Quienes vimos al PRI derrumbarse en el 2000 y después recuperar el poder en 2012 jamás imaginamos que en menos de una década estaría arrastrándose por miserias, sin estructuras de poder, sin patrocinios económicos, sin respaldo popular y sin expectativas reales de competencia. Con Sara Rocha en la dirigencia estatal el PRI ha tocado el fondo, (aunque tal vez todavía no) la dirigente está empecinada en dilapidar hasta la última piedra el legado político de sus antecesores. Cuando se escriba la historia del partidazo hasta su autodestrucción, en lo que corresponde a la entidad tendrá que decirse que los estertores de su muerte llegaron junto con la menopausia.
En su paso por San Luis Potosí la candidata conoció la icónica colonia donde nació y creció el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, después de un breve impasse el mitin importante frente al teatro de La Paz, un auditorio muy colaborador y bien educado lanzaba porras y alegorías, los panistas se agandallaron las sillas de “hasta adelante” reclamaban los priístas, los tres perredistas que todavía quedan solo querían una foto para el Face. En primera fila el excandidato a gobernador Octavio Pedroza Gaitán, últimamente como que trae la mirada perdida, lánguida, estéril. La corte panista bien organizada, los priistas no lucen porque el reflector siempre está sobre el maestro Galindo. El discurso de Xóchitl, el mismo desde hace meses: la cuarta transformación no funciona, volverán las oscuras golondrinas y las estancias infantiles, y todos esos maravillosos programas que estaban a punto de sacarnos de la pobreza. Alguien muy creativo debería darle una pulida a esas tarjetas que tan vehementemente barajea la candidata presidencial.
La candidata se mostró elogiosa con el exgobernador Fernando Silva Nieto (un tipo que gobernó San Luis Potosí hace veinte años) de quién dijo tener muy gratos recuerdos, se brincó a los anodinos Juan Manuel Carreras y Fernando Toranzo Fernández -ella al igual que nosotros sabe que en esos doce años no pasó nada. Le falta información política a la candidata, Silva Nieto es un ferviente fanático de Marcelo Ebrard con quien guarda una necesaria relación y eso lo coloca más cerca de la cuatroté, hasta pregunto si andaría por ahí. El exgobernador ha pasado apuros económicos derivados de su conducta licenciosa y anda desaparecido de la escena pública hace ya un buen rato. Lo último que se sabe de él, es una rechifla en plaza fundadores cuando acompañó como candidato al Senado por el PRD y demás partidos satélite al candidato Andrés Manuel López Obrador en la elección del 2012. Tres años antes había perdido la diputación federal por el V distrito contra Octavio Pedroza Gaitán. Ya tiene rato con el santo de espaldas.
Xóchitl quiere revivir a los fantasmas del pasado, pero anda razonando fuera del recipiente. Para esas fachas mejor hubiera sacado del baúl de los recuerdos al exgobernador Horacio Sánchez Unzueta, está más vigente y tiene más poder de convocatoria que la lideresa del PRI. En fin, le falta mucho madurar a esta campaña, pero ya casi no hay oportunidad de corregir errores. Como dijo el profeta: en tiempos de crisis no se hacen experimentos.
@gandhiantipatro