Ciudad Maderas

Los Parias

En las amarguras desearás la dulzura, y en la guerra, la paz. Santa Catalina de Siena.

San Luis Capital

La semana estuvo rara, y los potosinos más. El presidente de México Andrés Manuel López Obrador estuvo en San Luis Potosí en su gira de despedida, como siempre estuvo rodeado de groupies, ataviados con su característico chaleco y cantando melosos corifeos de la liturgia morenista. Habló el profeta, y no dejó espacio para la reflexión o la duda, cada palabra fue para el disfrute de la feligresía, ellos, quisieran que ese instante fuera eterno, pero también saben que todo es cíclico e inevitable, que la renovación en este país es sinónimo de renacimiento. El presidente necesita expiar sus pecados, somos humanos y algunos secretos tendrá. Como dijera el camarada León Trotski: ninguna revolución se ha hecho sin un pelotón de fusilamiento al frente. La verdadera transformación que los mexicanos y mexicanas esperan, es acabar con el suprapoder del crimen organizado que ha contaminado todo, las instituciones políticas, militares y policiacas, hasta el sistema de justicia y de paso, las organizaciones de culto religioso. Nadie escapa a la influencia de los nuevos sátrapas, y el estado no existe en la mayor parte de México.

Si no era viable en el momento histórico que le tocó vivir a López -o no se quiso aventar el tiro-, le deja una complicada responsabilidad a la presidenta electa Claudia Sheinbaum: resolver el problema de la violencia en el país y las repercusiones del tráfico de drogas, -sobre todo las sintéticas-, el tráfico de personas y la migración ilegal, la permisibilidad del estado mexicano o su incompetencia para contener el fenómeno -ya no sabe uno si son pendejos o cómplices-, está claro que López Obrador no comulga con las tácticas del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pero el tipo es muy popular en México, -primordialmente entre las clases medias- porque la gente se quiere constituir en verdugo y dejar de ser gusanos. Hay un deseo infame del mexicano por ser culero. Y no basta con recluir a los delincuentes y someterlos a un juicio justo, la sociedad quiere que sufran.

El motivo de la visita presidencial fue inaugurar la súper carretera Ciudad Valles – Tamazunchale, -vayan a recorrerla ahorita que todavía no tiene topes, porque en cuanto atropellen al primer perro…- estuvo presente en el acto protocolario Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México. La mujer es potosina y oriunda del municipio de Xilitla, -aunque aclaró que dio sus primeros pasos en Axtla de Terrazas y luego vivieron en Ciudad Valles- la gentil dama será próximamente la secretaría de gobernación, la número dos -aclaró el presidente López- en el nivel de responsabilidad dentro de la estructura de poder del gobierno de México. Inmediatamente se desbordó la algarabía de los presentes y armaron boruca, al grito de ¡gobernadora, gobernadora! lograron abochornar a la susodicha funcionaria. De muy mal gusto ese desplante de los morenistas locales. Quiero pensar que cuando alguien está solamente un lugar debajo de la presidenta de un país, lo lógico sería aspirar a ocupar el número uno, pero estos aldeanos piensan que lo más adecuado es ofrecerle regresar a su rancho a gobernar unas cuantas tribus de guachichiles, pames, huastecos y baturros que se sienten descendientes directos de Hernán Cortés -que ofertón. Mira que cambiar los desayunos en presidente Masaryk por las gorditas de Morales, habría que estar un poco chisqueada.

Como sea, la intención era incomodar a Ricardo Gallardo Cardona, el gobernador es el malo de la película, le atribuyen la maliciosa operación quirúrgica de no haber financiado y asegurado el triunfo de Rita Ozalia Rodríguez en su campaña para el senado de la república, según dicen los morenos que así se los prometió. La verdad es que Rita Ozalia tampoco hizo mucho por su causa, los candidatos de Morena a los ayuntamientos que les dejaron los verdes andaban casi en la indigencia, sin capacidad operativa y con la estructura de los servidores de la nación -que eso y nada es lo mismo- que ya ni con los padrones de beneficiarios son capaces de conseguir la estructura electoral necesaria, y mucho menos una base social activa y sólida. Lo poco que traía Morena fue desarticulado en una mesa de negociación donde los representantes del partido verde salieron muy bravos y leguleyos, los morenos muy güeyos. El gobernador tampoco supo tantear el agua a los camotes, como bien dijo Ricardo Monreal en una reciente visita a San Luis Potosí: se le pasó la mano. Fue tanta su preocupación de sacar a su esposa como senadora de mayoría, que olvidaron la aliada a la mitad del río y se ahogó.

Como quiera Ricardo Gallardo es un tipo afortunado, ya lo traían finto cuando a doña Rita le ganó la emoción y en senda entrevista banquetera se le salió decir que la alianza con los partidos verde y del trabajo había sido una farsa, -y no dijo mentiras- que además, -ese fue el pedo- la presidenta electa le había llamado para preguntarle si algo se le debía a la gallardía y que si no, ya desde ahorita había que cortar por lo sano y prepararse para ir cada cual por su lado en la próxima elección. O sea, sí, póngale usted que todo eso sea verdad, pero no se dice, ahí está que al representante de Claudia Sheinbaum en San Luis Potosí lo trajeron de urgencia de sus vacaciones para arreglar el entuerto, como quiera que sea el partido verde tiene setenta y pelos de diputados federales en el congreso de la unión -muy necesarios- para pasar las reformas constitucionales. El resultado fue un encuentro forzado donde todos tuvieron que pujar pa’ dentro y tomar una fotografía de la fracción morenista en el congreso local + Rita Ozalia + Mauricio Rodríguez -con el gobernador Gallardo. Dicen que siempre hay que cuidar que tus palabras sean dulces, por si algún día te obligan a tragarte un plato.

Y ya, por último, y con ánimo de abundar más en próximas entregas, resulta que Juan Ramiro Robledo Ruiz ha sido declarado persona non grata por un grupo de aspiracionistas clasemedieros que lo conocen de tiempo atrás. El motivo es su actuar como diputado federal y el papel protagónico que ha tenido recientemente, incluso para su edad, es curioso que esté en boca de todo mundo en las redes sociales, en X (antes Twitter) está la gente más rabiosa y politizada, y no han sido muy consecuentes con su defensa a ultranza de varias propuestas polémicas de la cuarta transformación, como la desaparición de los órganos autónomos que se aprobó esta semana con él como artífice del machetazo a caballo de espadas. En palabras llanas, al licenciado se le acusa de ser un mamador, y la verdad, es que como decía la gente de antes, “a la vejez, viruela”. Igual no sé qué tan mal le haya ido en su prolífica carrera política al licenciado Juan Ramiro Robledo, pero dudo mucho que no tenga para sobrellevar una vejez digna sin tener que andar arrastrando el prestigio que algunos amigos generosamente le conferían. Ahora sí que es terrible cuando se derrumban los tótem – peores cosas vendrán.

Dejamos para otra ocasión el deslinde del consejero potosino del Instituto Nacional Electoral (INE) para aquellos que lo sentaron en la silla donde está, la decisión tendrá repercusiones catastróficas para todo aquel que esté vinculado con sus truculencias, máxime los que están expuestos, como la magistrada electoral Denise Porras y su marido Héctor Avilés. Los dos son la punta de lanza con la que opera Martín Faz Mora en el Ceepac, resulta increíble que en su carácter de consejero electo apoyado por la fracción de Morena se haya vendido -bajo las condiciones actuales- en un proyecto de resolución que -estaba cantado- pasaría para entregar al régimen la mayoría calificada. Es el mejor ejemplo del que pudo tener todo, y lo perdió por codicioso y gaznápiro. Sea pues Juan Ramiro Robledo Ruiz y también quién alguna vez fue su aprendiz, ¡ah magancés!

@gandhiantipatro

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