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Nada que festejar, sino para reflexionar

San Luis Capital

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, erróneamente algunas personas creen que se trata de un pretexto para festejar, por el contrario, debe motivar a la reflexión, tanto a hombre como mujeres sobre este fenómeno que, a los hombres, debería ser motivo de vergüenza, igual para algunas mujeres, por permitir que se den casos de maltrato. 

Pero para saber el por qué de esta fecha tan significativa habrá que remontarse a 1960, cuando las hermanas María Argentina Minerva, Patria y María Teresa, Mirabal Reyes, vecinas de Ojo de Agua, de la provincia de Salcedo, hoy provincia Hermanas Mirabal, en República Dominicana, fueron asesinadas por órdenes del dictador de ese país, Rafael Leónidas Trujillo, hecho ocurrido el 21 de noviembre de 1960. 

La cuarta hermana, Bélgica Adela Mirabal Reyes, conocida como Dedé Mirabal, fue la única sobreviviente, ella dedicó su vida a mantener viva la memoria de sus hermanas, ella no formó parte del activismo político de sus hermanas, quienes luchaban contra la dictadura de Trujillo, el mismo que fue condecorado con la orden del Águila Azteca, según el artículo 40. La Orden Mexicana del “Águila Azteca” es la distinción que se otorga a extranjeros, con el objeto de reconocer los servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana o a la humanidad,… 

Se cuenta que Trujillo se enamoró de María Argentina y en un baile organizado en la finca del dictador bailó con ella y mientras bailaban le hizo insinuaciones, ella lo rechazó y además le dejó en claro que no le parecía su forma de gobernar, tuvo la osadía de dejar plantado a presidente y junto con su familia se marchó, esa fue una ofensa que Trujillo no estaba dispuesto aceptar. 

Patria, Minerva y María Teresa, se involucraron en la política, crearon un movimiento clandestino, junto con sus esposos. Fueron encarcelados todos, pero a ellas las dejaron salir pocos meses después. El dictador había planeado en definitiva deshacerse de ellas. 

Así, el 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal fueron a visitar a sus esposos encarcelados en Puerto Plata, acompañadas de su chofer, Rufino de la Cruz. Él era la única persona dispuesta a llevarlas, ya que corría el rumor de que Trujillo planeaba atacar a la familia Mirabal. 

Los rumores fueron acertados. Mientras las hermanas se dirigían a casa, los matones de Trujillo detuvieron su auto y asesinaron al conductor en el lugar. De acuerdo con muchos testimonios, las hermanas fueron secuestradas a punta de pistola y asesinadas a golpes. Volvieron a colocar los cuerpos en el auto y posteriormente lo lanzaron por un acantilado. En realidad,se dice también fueron víctimas de ultraje. 

A todo el país le quedó claro quién era el responsable de esa atrocidad, pero era riesgoso decirlo, la versión oficial fue que se había tratado de un accidente, pero existe la versión, además, que cuando las iban asesinar alcanzaron a gritar al chofer de una camioneta gasera; “auxilio, somos las Mirabal, de Ojo de Agua de Salcedo, nos van a matar!”. 

Con la presión internacional encima, gobiernos que exigían una puntual investigación, se detuvo a los asesinos materiales; Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta (cubano), Ramón Emilio Rojas y Néstor Pérez Terrero fueron condenados a 30 años de reclusión y Ciriaco de la Rosa, a 20 años en 1963, tras ser hallados culpables materiales del crimen de las hermanas y del chófer Rufino de la Cruz. Sin embargo, todos escaparon de la Fortaleza Ozama, en Santo Domingo, a comienzos de la Revolución de Abril de 1965 y jamás volvieron a la cárcel. 

El último de los asesinos confesos, Cruz Valerio, qien se había cambiado el nombre, murió a los 83 años de edad, la primera semana de abril de este año tras vivir décadas oculto en un barrio de Santiago, sin haber cumplido su condena. 

En 1981, militantes y activistas en favor del derecho de la mujer lanzaban sus protestas ante la violencia de género: La necesidad de honrar la memoria de las hermanas Mirabal, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, realizado en Bogotá, Colombia, las mujeres asistentes decidieron conmemorar el 25 de noviembre como el Día Internacional por la No Violencia contra las Mujeres. 

Dos años antes (1979), las Naciones Unidas consiguieron la aprobación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Sin embargo, la violencia contra mujeres y niñas continuó (y continúa) siendo un grave problema a nivel mundial, por lo que se precisaba una normativa concreta en este aspecto. 

Por esta razón, la ONU también emitió en 1993 una resolución que incluye la emblemática “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer”, sentando las bases para un futuro libre de violencia de género. 

En el ámbito de la concienciación, la Asamblea General adopta en el año 2000 la resolución, que designaba el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a gobiernos, organizaciones internacionales y a ONG a tomar participación en el asunto y coordinar actividades todos los años sobre esta fecha que eleven la conciencia pública. 

Queda un largo camino que recorrer a nivel global. Hasta la fecha, solo dos de cada tres países han prohibido la violencia doméstica, mientras que en 37 estados todavía no se juzga a los violadores si están casados o si se casan posteriormente con la víctima. Además, en otros 49 estados todavía no existe legislación. 

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”. Con esta frase, María Argentina Minerva Mirabal respondía a principios de la década de los 60 a quienes le advertían de lo que entonces parecía un secreto a voces: el régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) iba a matarla. 

Más de medio siglo después, la promesa de Minerva parece haberse cumplido: su muerte y la de sus hermanas en manos de la policía secreta dominicana es considerada por muchos uno de los principales factores que llevó al fin del régimen trujillista. El nombre de las Mirabal se ha convertido en el símbolo mundial de la lucha de la mujer. 

Las hermanas Mirabal, recordadas como Las Mariposas, fueron condecoradas póstumamente el 25 de noviembre pasado por el Gobierno dominicano, que concedió a Minerva Mirabal el reconocimiento como doctora en Derecho que Trujillo nunca le expidió por el rechazo a su régimen. Finalmente cabe destacar que fue escrito un libro sobre la vida y muerte de las Mirabal; El Tiempo de Las Mariposas, cuya actriz principal, en el papel de Argentina Minerva, fue protagonizado por Salma Hayek. 

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